Divide y reinarás


Por Susana Merlo

Es muy probable que el viejo proverbio sea una de las frases de cabecera del ahora legislador electo Néstor Carlos Kirchner quien, no solo la repite como oración pagana sino que, básicamente, la ejerce.

Y es justamente esa “división” la que está permitiendo que, aunque el oficialismo haya salido perdidoso de las últimas elecciones (que, además, fueron planteadas como un referéndum virtual por ellos mismos), todavía haya solo más cáscara que nueces a la hora de las correcciones urgentes que se requieren.


En el caso del campo el planteo es bastante claro. Por el momento, todo cambió para que todo siga igual y, si bien es cierto que finalmente la dirigencia sectorial terminó asumiendo (forzada) que el “diálogo político” era solamente testimonial y no los iba a llevar a ningún lado, y reorientaron sus pasos nuevamente hacia el Congreso, comienzan a darse cuenta que tampoco allí las cosas serán demasiado fáciles.

Es que sucede que “el campo” no es una estructura homogénea, aunque se defienda con uñas y dientes la unidad de la Mesa de Enlace.

Tampoco “la oposición” es un frente parejo y, después de las elecciones comienzan a verse las aristas, fisuras y diferencias de tanta mezcla.
Y mientras eso sucede, el Gobierno sigue dando vuelta a los temas para postergar los cambios, aunque en el campo ya no haya tiempo para esperarlos.

Así por ejemplo, mientras alguna de las entidades aprovechaba ciertas distracciones y volvía a la carga con el proyecto de ley de arrendamiento y con el discurso de la extranjerización de la tierra, sobre los cuales no hay acuerdo con las otras organizaciones del campo, el gobierno usaba el tiempo para hacer mil piruetas que dilataran, en el Congreso, el tratamiento de los temas de fondo más prioritarios.

Igual, tanto los 20 centavos que asignó unilateralmente para el litro de leche de ciertos tambos, y por fuera de la reunión con las entidades del campo, como la supuesta “liberación” del mercado de maíz y trigo, y la flexibilización para la exportación de carne, de “algunos” cortes, son solo paliativos muy parciales que no atacan los problemas de fondo, que no llegan en muchos casos a los productores y que, básicamente, lo que hacen es posibilitar al oficialismo afirmar que “se está ayudando al campo”, cuando en realidad, se sigue resistiendo solucionar los problemas como se debe.

Menos mal que, aparentemente al menos, las organizaciones sectoriales parecen haberse dado cuenta que no es momento de “diferenciarse” y que se debe defender, por el momento al menos, un discurso único pues, de lo contrario, las diferencias que ya hay en las bancadas de la oposición, terminarán de pulverizar las disminuidas posibilidades de impulsar cambios estructurales, ahora desde el Legislativo.

Sin embargo, llegó una inesperada ayuda y desde el lugar menos pensado: el Vaticano.

Es que la demanda del Papa sobre la pobreza en Argentina, no solo jaqueó al gobierno, sino que puso nuevamente sobre la mesa una frase que se escuchó el sábado pasado en la inauguración de Palermo, y que Campo 2.0 ya había planteado el 19 de febrero pasado: “¿Dónde están los U$S 30.000 millones?” (ver archivo de notas).

La referencia al monto que el campo aportó desde que se reimplantaron las retenciones en época de Duhalde, pero que luego la Administración Kirchner usufructuó holgadamente, le jugó una mala pasada a varios funcionarios e improvisados voceros que, si bien se mostraron muy enojados y críticos de la Rural, no explicaron todavía adonde fue a parar semejante cantidad de dinero que, se suponía era, justamente, para hacer las contención social que la crisis de 2002 exigía, aunque después por las propias cifras oficiales, todo mejoró.

Tuvo que venir el Papa para decir lo contrario.

Pero el campo “puso” esa plata, y ahora que necesita ayuda, resulta que no está, solo le dan aspirinas y el Jefe de Gabinete le dice que “no puede distraer un centavo de las retenciones, y si quieren bajas, planteen las alternativas de sustitución”.

Lo que no se da cuenta el Ejecutivo es que no es función de los sectores plantear las alternativas, sino responsabilidad de los que gobiernan. Igual que es su responsabilidad el resultado que tenga el país y, realmente, tanto los alarmantes índices de pobreza, como la brutal caída que se espera en la producción de trigo, también en la de maíz, en la de carne, o el estancamiento de la leche, no dejan lugar a dudas sobre cual es la perfomance de la actual administración política.

Por eso, en este momento, parece fundamental la cohesión total del campo, más allá de sus diferencias, y del interior como conjunto, para que no siga imponiéndose el “divide y reinarás…”

Publicado en Campo 2.0 www.susanamerlo.com
7/8/2009

1 comentario:

Anónimo dijo...

ESTOY PLENAMENTE DE ACUERDO CON USTED.