Va por el sillón mayor

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Por Mariano Rovatti

Francisco De Narváez habría tomado ya una decisión: en las elecciones de 2011 será candidato a Presidente de la Nación, participando de las internas abiertas del Partido Justicialista.

Esta novedad había sido anticipada por ArgenPolítica® meses atrás. En el análisis previo a la decisión, se habrían tenido en cuenta las siguientes circunstancias:

La nueva ley electoral que sancionará el Congreso basada en el proyecto del Poder Ejecutivo Nacional, modifica esencialmente el escenario político argentino. El nuevo marco legal genera las condiciones para la vuelta del bipartidismo, ya que favorece claramente al justicialismo y al radicalismo, que tienen estructuras diseminadas a lo largo del territorio nacional. Perjudica a los nuevos partidos, formados en torno a figuras mediáticas, con pocos cuadros intermedios y distribuidos desigualmente en la geografía del país.

El Colorado tendría despejada la cuestión legal para ser candidato, dado que pudo ser candidato a gobernador en 2007, y los requisitos de la constitución bonaerense son idénticos a los de la Constitución Nacional para ser Presidente en lo atinente al lugar de nacimiento. El fallo favorable obtenido en esa ocasión, y las dos veces en que fue electo diputado nacional por el pueblo de la provincia le servirían de antecedentes. Además, en términos políticos, jugaría con la posibilidad de mostrarse como víctima de una proscripción en caso de no ser habilitado como candidato (1)

El nuevo régimen electoral establecerá el voto obligatorio de todo el padrón, lo que relativizará el peso de los aparatos partidarios, que juegan a favor de Néstor Kirchner. Si el voto fuese optativo, sería más decisivo contar con gobernadores, intendentes, sindicatos, etc. Al votar el padrón general, gana peso la opinión pública, siendo fundamentales los medios masivos de comunicación, la mayoría hostiles hacia Kirchner y benévolos con Pancho.

Desde el kirchnerismo, entienden que al sufragar todos los partidos el mismo día, el voto opositor a Kirchner se canalizará naturalmente a favor de Julio Cobos, dejando en el justicialismo sólo al voto kirchnerista. La presencia de De Narváez en la interna justicialista relativiza ese análisis, ya que buena parte del antikirchnerismo puede votar en la interna contra el Pingüino, para sacarlo de la cancha, y después, optar tranquilos en la general entre De Narváez y Cobos.

Francisco De Narváez es el dirigente opositor al kirchnerismo y afiliado al Partido Justicialista que mejor está instalado en la sociedad. Su entidad está dada por la de su derrotado: si le ganó al más taura, ¿por qué conformarse con la gobernación? ¿por qué no ir por el sillón mayor? . Además, tiene recursos económicos de sobra, y mide muy bien en todo el país.

La actitud pasiva de Carlos Reutemann invita a los demás dirigentes del PJ a lanzarse y ocupar el espacio que el santafecino deja vacío, con sus silencios e indefiniciones. Además, la presencia de De Narváez puede generar que Eduardo Duhalde no participe, concentrándose en su candidatura a la jefatura del PJ, y en la postulación a gobernadora de su esposa Chiche. Un eventual acuerdo entre ambos, podría servirle al Colorado para utilizar el armado que viene tejiendo el ex Presidente en el conurbano, convocando cientos de agrupaciones peronistas en el provincia de Buenos Aires, dolidas por el maltrato político del kirchnerismo.

Aún no se sabe qué harán los intendentes del conurbano. Tras la derrota de Kirchner en junio, quedó al descubierto el doble juego de éstos, pese a los intentos oficiales en contrario. En esa ocasión, los caciques bonaerenses le demostraron a Kirchner quién manda en ese territorio. De todos modos, la relación se recompuso provisoriamente tras las decisiones presidenciales en materia de ayuda social que pone en manos de los intendentes la administración de cuantiosos fondos, con las obvias ventajas políticas que ello conlleva.

Pero, paralelamente, los intendentes se reúnen habitualmente con Duhalde, lo que sugiere que siempre está latente la posibilidad de abandonar a Kirchner. Otra cosa es la relación con De Narváez, al que consideran un extraño, y con quien tienen cuentas pendientes por el armado de las listas de candidatos de las últimas elecciones.

La incómoda posición de Julio Cobos, quien se mantiene como vicepresidente y a la vez va concretando su retorno al radicalismo, le hace perder algo de protagonismo en la oposición, dejando algunos lugares vacíos. Por imperativo institucional, Cobos no puede salir con los tapones de punta como jefe de la oposición a un gobierno, al que de alguna manera está vinculado, al menos en lo formal-institucional.

Si el mendocino no renuncia en el año 2010, corre el riesgo que su imagen opositora se desdibuje, propiciando que otros candidatos ocupen el rol de jefe opositor. A su favor le queda su altísima imagen positiva, desde julio del año pasado.

Recientemente, Francisco De Narváez se levantó de su siesta poselectoral y apareció en numerosos programas de televisión y radio hablando siempre como peronista y dejando entrever que está dispuesto a dar la gran batalla contra Néstor Kirchner.

Acaba de formalizar su pertenencia al bloque peronista federal, que contará con 40 diputados nacionales, dejando de lado al sector de Unión-PRO. Casi no se habla con Felipe Solá, y mantiene dentro del ámbito peronista la imagen de ricachón, alejada del paradigma tradicional justicialista. Pero sabe que la sociedad ya se está cansando después de una década completa de gobiernos que se llaman a sí mismo como peronistas.

El Colorado tiene así que peronizarse para la interna y desperonizarse en la general, para capturar el voto independiente, que hoy está más cerca del alcance de Julio Cobos.

Buenos Aires, 19 de noviembre de 2009


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(1)CN art. 89: Para ser elegido Presidente o Vicepresidente de la Nación, se requiere haber nacido en territorio argentino, o ser hijo de ciudadano nativo, habiendo nacido en país extranjero; y las demás calidades exigidas para ser elegido senador.
CPBA art. 121: Para ser elegido Gobernador o Vicegobernador, se requiere: 1) haber nacido en territorio argentino, o ser hijo de ciudadano nativo, si hubiese nacido en país extranjero; 2) tener treinta años de edad,; 3) Cinco años de domicilio en la Provincia con ejercicio de ciudadanía no interrumpido, si no hubiese nacido en ella.

Para leer los fundamentos del fallo que posibilitó a Francisco De Narváez ser candidato a gobernador, cliqueá acá:

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