Porque aún me siento responsable


Por Martín Redrado

En virtud de la última resolución tomada por el Gobierno Nacional que consiste en una nueva apropiación de reservas del Banco Central, creo que es indispensable una reflexión. Ningún buen argentino puede regodearse ante el fracaso de un gobierno, más allá de afinidades o disensos, y cuando todavía se está a tiempo de evitar males a mayores.

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Toda institución que se precie de tal debe producir bienes para la comunidad. Así, el Banco Central, tiene la misión delegada por el Congreso de emitir moneda. Su función es imprimir billetes de acuerdo a la demanda de pesos que requiere el público.

Si el Banco Central produce de más, los pesos pierden valor. Cuando se utilizan reservas para pagar deudas se imprimen billetes para satisfacer los gastos y los caprichos del Gobierno Nacional.

El Ministerio de Economía le ordena al Central transformar los dólares de las reservas en pesos para hacer frente a sus deudas. De esta forma se producen más billetes que exceden los requerimientos de la gente lo cual conduce a una pérdida inexorable del valor de compra. Es decir, más inflación.

Esto lo advertí hace un año y el resultado fue evidente: en el 2010 el índice de precios se duplicó del 14% al 28%. El Gobierno Nacional parece

enamorado de esta droga que genera un ilusorio crecimiento que no se corresponde con la capacidad productiva del país. Y peor aún, manteniendo el dólar planchado generan una sensación de falsa estabilidad.

Hago público este pensamiento porque aún estamos a tiempo de corregir este rumbo que ya nos esta costando una sociedad fragmentada y con 11 millones de pobres. La inflación es una droga que empobrece a la gran mayoría de los argentinos.

Publicado en La política on line

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