Todo depende de la Presidenta

por Mariano Teijeira

Tal cual se presumía apenas se conoció la noticia de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, la intención de voto de la actual presidenta Cristina Fernández creció en más de 10 puntos y ya casi nadie duda de su triunfo en primera vuelta, en caso de que decida presentarse a la reelección. Es importante recordar para entender la fragilidad política argentina que con Kirchner de candidato el escenario era bastante complicado allá por septiembre de 2010: perdía en ballotage con varios de los candidatos si esa hipotética segunda vuelta se hubiera realizado en septiembre de 2010. (Para leer el artículo completo, cliquear en el título)

También es factible que Kirchner hubiera recuperado paulatinamente su imagen - bombardeada por los grandes medios de prensa a partir de la pelea con los grandes productores agropecuarios - y que llegara bien parado a las elecciones de octubre. Lo cierto es que todo muy cambiante. Y esa volatilidad queda expuesta porque la continuidad de este modelo depende exclusivamente de una persona. De no presentarse la presidenta todo puede desmoronarse, lo cual produciría un gran retroceso ya que este gobierno con todas sus contradicciones es sin dudas el mejor desde el retorno de la democracia: Ley de Medios, asignación universal por hijo, ley de matrimonio igualitario, estatización de las jubilaciones, política de derechos humanos, integración latinoamericana, derecho a la recreación con el fútbol gratuito, la no represión de la protesta, son entre otras muchas, leyes y medidas de gobierno para reivindicar.

Pero, cuidado, las asignaturas pendientes son iguales o mayores. A saber: la distribución de la riqueza está a años luz de ser justa y habrá que tocar intereses muy poderosos para achicar la brecha. Si la visión latinoamericana es genuina debe salir del G 20 e ingresar al ALBA, pues el G 20 propone soluciones capitalistas para una crisis capitalista mundial, es decir un callejón sin salida. Democratizar a las fuerzas de seguridad y militares. Una política más beneficiosa y justa para el pueblo argentino en el tema de la minería y la propiedad de la tierra. Ante semejantes desafíos, la corrupción y las alianzas con intendentes, gobernadores y sindicalistas de derecha parecieran temas secundarios.

Oposición = Tren fantasma

Encolumnados detrás del grupo Clarín, la oposición de derecha está cada vez peor. No son capaces de ofrecer un proyecto superador, los corre por izquierda el kirchnerismo y los posibles candidatos abandonan la carrera electoral antes de sufrir una derrota catastrófica. Sólo queda con alguna mínima posibilidad la Unión Cívica Radical con el hijo del ex presidente Raúl Alfonsín. Ese partido, el que legalizó la deuda externa de la dictadura e impulso la leyes de impunidad , todavía no le pidió disculpas al pueblo argentino por las matanzas de la Semana Trágica de 1919, la Masacre de la Patagonia en 1923 y la de Fernando de la Rúa en 2001. Y encima son presentados en TN como “grandes estadistas”. Para ser ecuánimes, hay que reconocer que Raúl Alfonsín cumplió un rol destacado como abogado de familiares de desaparecidos y en el Juicio a las Juntas, pero sus claudicaciones le ocasionaron un costo altísimo a la democracia. Como aquella vez, en la Semana Santa de 1987, cuando resignado exclamó: “La casa está en orden”.

Por su parte, el PJ Federal no tiene hasta ahora ningún candidato atractivo que pueda penetrar en la sociedad con alguna chance de ganar. La aspiración de máxima de este peronismo disidente sería reunir a Mauricio Macri, Felipe Solá, Eduardo Duhalde, Alberto Rodríguez Saá, Carlos Reutemann y Francisco De Narváez con Daniel Scioli. Por ahora, imposible.

Cobos hizo su aporte

Aunque parezca disparatado, hay un radical que al gobierno le dio una mano. En contraposición con lo que está instalado, el gobierno nacional pudo disfrazar una derrota –casi sin buscarlo- con un sector de la burguesía en la famosa Resolución 125 como “la traición del vicepresidente Julio Cobos”. A decir verdad lo del voto “no positivo” es secundario, el gobierno fue derrotado por los grandes terratenientes ayudados –cuándo no- por la corporación mediática que cubrió el conflicto como si se tratara de una gesta gaucha. Es más, si Cobos votaba a favor de la 125 y el gobierno ganaba por un solo voto, los sojeros iban a sentirse legitimados para redoblar la apuesta y bloquear todas las rutas por tiempo indeterminado hasta asfixiar al gobierno. Y no es un dato menor que ya estaban armados y se animaron a requisar vehículos como si fueran los dueños de todo y de todos.
El caso de Cobos es otra muestra elocuente de lo cambiante del mapa político nacional. Titubeó una hora para votar en contra y le alcanzó para posicionarse como presidenciable. Subió rápido y se fue pinchando de a poco.

Ley de Medios y progresismo

Es común escuchar en las charlas políticas que “estar en contra del gobierno argentino en este momento es hacerle el juego a la derecha”. Es probable. Pero en el caso de Proyecto Sur y el Socialismo su accionar político no ha sido lineal. Apoyaron felizmente la Ley de Medios y la estatización de las jubilaciones (algo que el gobierno debería reconocer con generosidad) pero en virtud de construir alianzas electorales cometen errores gravísimos: Por una lado, el líder de P Sur, Pino Solanas, insiste en sumar a la diputada Margarita Stolbizer, quien militó en contra de la Ley de Medios, es decir le cuidó la última trinchera –los medios de comunicación- que le queda a la burguesía para manipular a las masas, agotados los partidos políticos y las alternativas autoritarias. No puede llamarse “progresista” quien no estuvo a favor de democratizar los medios audiovisuales en manos de los monopolios.

En ese sentido también es una verdadera pena que Solanas no haya aprovechado jamás las incontables horas que estuvo en televisión para contrarrestar las campañas de difamación y desprestigio que sufren la revolución cubana y la bolivariana. Por el otro lado, el socialismo coquetea con la UCR, un partido que desde hace décadas ha estado en contra de todo lo que sea popular y que, por puro oportunismo político, busca que el PS le dé un barniz progresista que no tiene ni puede tener. En lugar de darle oxígeno, un verdadero socialista debería celebrar que un partido del capital haya caído en desgracia. En este marco Stolbizer pasaría a ocupar el lugar que dejo vacante Elisa Carrió antes de deschavarse: Es el mejor cuadro de la derecha, porque todavía no se le nota.

1 comentario:

El ombligo del mundo juguetes dijo...

A 37 años de su muerte, su pensamiento político no sólo sigue vigente, sino que aún hoy, es vanguardista!