Luces y sombras de la gestión macrista

por Alejandra Lazo

El próximo 10 de julio los porteños elegirán al próximo Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Adelantándonos a la opinión de los votantes, adnciudad.com decidió hacer un listado de lo bueno y lo malo que tuvo, según nuestro criterio la administración de Mauricio Macri, la primera experiencia de gestión concreta que ha tenido el PRO. (Si no se vé el artículo completo, cliquear sobre el título)

Como ocurre siempre, toda gestión -incluso la más desastrosa- tiene puntos a favor y en contra. Si bien no hay mejor forma de evaluar lo realizado que el resultado que arrojarán las urnas el próximo 10 de julio, nunca está de más hacer un breve repaso sobre las luces y sombras que, según nuestro humilde criterio, ha tenido la administración del jefe de Gobierno Mauricio Macri, en estos casi cuatro años.

Dentro de las medidas positivas del PRO destacamos:

CONTINUIDAD DE POLÍTICAS ANTERIORES: Programas como Ciudadanía Porteña e iniciativas como el entubamiento del Arroyo Maldonado, la recuperación del Teatro Colón, el Bicing, el plan de extensión de subtes, los pasos a nivel ya planificados como el de Sarmiento y el de Mosconi, la finalización de las obras del nuevo Puente La Noria, entre otras, fueron continuadas sin importar que venían de gestiones previas.

BAJA DE MORTALIDAD INFANTIL: Se logró contrarrestar el alza en la tasa de mortalidad infantil que se había producido en el 2009, algo que había sido cuestionado duramente por la oposición. Cabe mencionar que en ambos casos (el incremento y la disminución de las cifras) el organismo que lo informó fue el mismo.

INVERCIÓN EN INFRAESTRUCTURA SOCIAL: Pese a las demoras, errores y falta de coordinación, se comenzó a saldar una deuda muy importante que tenía la Ciudad en materia de infraestructura social. Escuelas y hospitales empezaron a recibir más dinero para mejorar las condiciones edilicias, algo que se había postergado primero, por la época de crisis que vivió el país, y luego por falta de decisión política.

DISMINUCIÓN DE ACCIDENTES VIALES: Mediante una serie de medidas para castigar a aquellos conductores que no cumplen con las normas de tránsito (scoring y multas) y más controles en la vía pública (no los suficientes), se logró reducir la cantidad de accidentes viales. Lamentablemente, las muertes por este motivo aún siguen siendo altas, producto también de las faltas que cometemos los peatones.

CREACIÓN DE LA POLICÍA METROPOLITANA: Durante años los porteños escucharon las quejas de la política por la falta de transferencia de la Policía Federal a la Ciudad, con los recursos correspondientes. Mauricio Macri decidió crear una policía de cero, con todo lo que esto implica. ¿Se podría haber hecho mejor? Por supuesto que sí, la designación de Jorge Palacios fue desafortunada e hirió a la nueva fuerza casi de muerte. Por suerte se recapacitó (tarde pero seguro) y se comenzó a corregir el rumbo. Hoy se debate sobre cómo mejorar y reformular la Policía Metropolitana, hace cuatro años no existía. Además, propios y ajenos al macrismo se deshacen en elogios para el Instituto de Formación Policial.

COMPRA CENTRALIZADA Y REGIONALIZACIÓN: El área de Salud es, sin duda, una de las que más dolores de cabeza le ha traído al actual Jefe de Gobierno pero hay un par de iniciativas que son dignas de destacar. Una tiene que ver con la regionalización sanitaria de la Ciudad, una medida en la que insistió el ministro Jorge Lemus y ha servido para organizar el sistema público de salud del distrito. También fue positiva la compra centralizada de insumos, que sirvió no sólo para terminar con la dispersión abismal de precios que había sino también para tener un control de las necesidades de los 33 hospitales porteños. Si el mecanismo no hubiera generado tanta resistencia en el sistema, su implementación tal vez hubiera sido menos traumática. Igualmente en algunos nosocomios aún es resistido.

INVERSIÓN EN EL SUR: Si bien la gestión de Jorge Telerman había comenzado a invertir más en el sur de la Ciudad, durante estos casi cuatro años se trató de desarrollar iniciativas que apuntaran a la revitalización de la zona. La extensión de la línea H de subtes hasta Parque Patricios, el distrito tecnológico y la nueva sede del Banco Ciudad, son algunos de los proyectos generados en ese sentido.

NUEVA LICITACIÓN DE LA RECOLECCIÓN DE BASURA: Uno de los debe (que ya llegará) es la aplicación de la Ley de Basura Cero pero otro de los puntos para destacar de esta administración es la confección de un nuevo pliego de licitación del servicio de recolección de residuos y la inclusión en él de la separación de basura en origen y los recicladores urbanos. Aunque aún no se ha implementado es un pequeño avance frente a la situación actual.

OBRAS PÚBLICAS: Sin mencionar las obras previstas por gestiones anteriores que fueron continuadas, debemos mencionar una serie de proyectos. Algunos se pudieron realizar, otros están en stan by por presentaciones judiciales realizadas por vecinos con el patrocinio de diputados de la oposición como, por ejemplo, los estacionamientos subterráneos y un importante número de pasos bajo a nivel, más conocidos como sapitos. Sí se concretaron arreglos de parques, plazas, zonas y veredas.

ESTABILIDAD LABORAL: Incluso antes de que asumiera Macri había una fuerte resistencia por parte de los empleados públicos a la nueva gestión porque se "suponía" que vendría un fuerte operativo privatizador. Lo cierto es que no sólo se llegó a un acuerdo con el sindicato más importante a nivel local sino que se incorporaron a Planta Permanente empleados que venían renovando sistemáticamente sus contratos desde hace muchísimos años, otorgándoles estabilidad laboral y una futura carrera administrativa. Lo mismo se aplica también para sectores de docentes que fueron titularizados por la Legislatura, con el visto bueno del oficialismo.

Por el lado de las sombras, también hay una serie de medidas, decisiones e improntas para cuestionar:

FALTA DE EQUIPO: Como candidato Macri se cansó de decir que tenía equipo pero ni bien asumió como Jefe de Gobierno se notó que no era así. Si bien había un nutrido grupo de profesionales que venía trabajando con él desde el 2003, en la práctica se notó mucha improvisación y errores propios de la inexperiencia. Quizás la decisión de incluir en los principales lugares de decisión a gente que no venía trabajando en los equipos técnicos generó demoras y desinteligencias que afectaron mucho los primeros meses de gestión.

SUBESTIMACIÓN DE LA BUROCRACIA ESTATAL: Era obvio que iba a pasar y pasó. En la campaña el PRO se comprometió a hacer muchas cosas en poco tiempo, algo imposible en la gestión pública. Por más ganas, empuje y condiciones que un equipo pueda tener, la burocracia del Estado debe cumplirse. Un claro ejemplo de esta subestimación es lo que ocurrió con el arreglo de las escuelas. Se prometió remediar en tres meses, años de desinversión y lejos estuvo de cumplirse el plazo. Pese a tener aprobada la ley que declaraba la emergencia en infraestructura, poner en marcha el aparato estatal lleva mucho más que ese tiempo. Aún hoy hay escuelas que están con arreglos sin terminar.

PROBLEMAS DE COMUNICACIÓN: Increíblemente una de las virtudes que llevó al PRO al Gobierno, la comunicación, no fue bien explotada durante la gestión. Muchos de los logros que consiguió el macrismo en estos tres años y medios no fueron difundidos con la suficiente claridad y contundencia, pese a tener -en líneas generales- una buena relación con los medios.

BASURA: La Ciudad está sucia y esta situación ha empeorado durante los últimos meses. Una de las razones es obviamente la falta de responsabilidad de los vecinos en el manejo de los residuos y el poco cuidado en lo que respecta a la higiene urbana, pero no se ha logrado transmitir una alerta en ese sentido ni tampoco contrarrestar la situación con el incremento de la limpieza por parte de las empresas que se encargan de mantener el espacio público.

FALTA DE RESPUESTA FRENTE A DENUNCIAS O INCONVENIENTES: Si bien el vecino muchas veces no está al tanto de las críticas que realizan los miembros de la oposición respecto de supuestas fallas en la administración de la Ciudad o denuncias sobre el accionar del PRO, muchas veces ha fallado el timing a la hora de responder o bien, se ha subestimado la necesidad de no dar transcendencia a "críticas infundadas". Nunca está de más despejar dudas en torno a la gestión.

ABUSO DE LA VICTIMIZACIÓN: Pese a que es una realidad que la falta de autonomía completa hace que varias problemáticas de la ciudad de Buenos Aires no puedan ser resueltas sin el aval, acuerdo o autorización del Gobierno nacional, llega un momento donde el "no puedo o no me dejan" suena a excusa. La gente que votó al PRO lo hizo porque se comprometió a resolver problemas más allá de las trabas que podían existir por la diferencia de signo político entre la Nación y la Ciudad. Lamentablemente, en el medio está la gente.

IDEOLOGÍA CULPOSA: Varias iniciativas macristas tendientes a poner orden en el distrito o bien endurecer los controles o la legislación vigente fueron impulsadas tibiamente. En un primer momento se planteaban los proyectos pero frente a la crítica o el rechazo de la oposición, se cedía o se volvía sobre los pasos dados. Los porteños que eligieron esta alternativa sabían lo que estaban votando y por eso lo hicieron. El que apuesta debe estar convencido, de lo contrario siempre se juega a medias. Una de las excepciones fue el conflicto por la toma del Parque Indoamericano, donde Macri se puso firme y se negó a beneficiar a quienes habían ocupado el espacio público. La gente reaccionó de forma positiva pese a los cuestionamientos del casi todo el arco político.

NO DESACTIVAR FUTUROS CONFLICTOS: Durante estos casi cuatro años hubo una serie de conflictos que se veían venir y, en muchos casos, ni siquiera se intentó desactivarlos. Las áreas de salud y educación fueron de las más perjudicadas por esta falta de anticipación, algo que en política debe ser un ejercicio constante.

DESJERARQUIZACIÓN DE LA POLÍTICA: Cuando una propuesta electoral hace hincapié en un aspecto y descuida o relega otro, se debe honrar la elección. El PRO iba a ser un gran gestionador de lo público intentando imprimirle al Estado algo de eficiencia y al eficacia de lo privado, sin desmerecer a la política pero sin jerarquizarla tampoco. El comienzo del Gobierno de Mauricio Macri no se caracterizó por su buena gestión, con lo cual la falta de estrategia y visión política empeoró la situación. No hay que perder de vista que más allá de los vicios o los desmanejos, la política es necesaria para poder transformar la realidad e igualar oportunidades.

Publicado en ADN Ciudad

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