Mâos limpas


Seis diputados brasileños fueron condenados el lunes por el Supremo Tribunal Federal de Brasil, que impuso penas de cuatro a nueve años de prisión a los diputados Valdemar Costa, Pedro Henry, Romeu Queiroz, Bispo Rodrigues, Pedro Correa y José Borba, por cobrar sobornos a cambio de votar leyes a favor del gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva, durante su primer período (2003-2007). (para leer la nota completa, cliquear en el título)

El escándalo estalló por hechos ocurridos en el año 2005, y consistió en la compra de votos para aprobar la agenda del gobierno conocido como "mensalao", incluyendo pagos mensuales a los diputados condenadors, los que ya suman 22, restando saber tres sentencias para finalizar los juicios por corrupción, de un total inicial de 38 acusados. 

Los mismos militan en los partidos que integran la base aliada del gobierno de la actual Presidenta Dilma Rousseff, sucesora política de Lula, quien negó terminante cualquier vinculación con los hechos juzgados. 

 El ex Presidente aún no ha sido imputado por estos delitos, pero quien fuera su jefe de gabinete, José Dirceu, ha sido condenado a 10 años y 10 meses de prisión por su responsabilidad en la red de corrupción que desvió dineros públicos para sobornar parlamentarios. También recibió el ex presidente del gobernante Partido de los Trabajadores, José Genoino, una dura pena, ya que deberá purgar seis años y 11 meses de reclusión. 

 Según el presidente del máximo tribunal, Joaquim Barbosa (foto) todos los condenados admitieron haber recibido sumas millonarias, pero dando “otro nombre" a esa práctica. El STF deberá definir en los siguientes días si los dos diputados aún en ejercicio –Costa y Henry- perderán sus bancas automáticamente, o será necesario para ello un pronunciamiento de la Cámara de Diputados. 

 El proceso recuerda al "mano pulite" italiano, promovido por el fiscal Antonio Di Pietro ante los tribunales de Milán en 1992 por el escándalo conocido como "Tangentopoli" y que terminó con las carreras políticas de numerosos dirigentes como Giullio Andreotti, Bettino Craxi, Antonio Cariglia, Renato Altísimo y Giorgio La Malfa, quienes habían sido protagonistas esenciales de la política italiana durante décadas. Luego de este escándalo, y de la reforma al sistema electoral en 1994, en Italia se debilitaron los partidos tradicionales como la democracia cristiana y el socialismo, y surgieron otros nuevos como Forza Italia o la Liga del Norte. 

 En el caso argentino, por coimas en el Senado para la aprobación de la reforma laboral del año 2000, recién este año la causa llegó al juicio oral, con varios gobiernos que cambiaron en el medio. 

 En el Brasil de hoy, este hecho es de una gran repercusión política, y lejos de debilitar a la actual Presidenta, probablemente la fortalezca en su liderazgo del partido y de la nación, frente a la sombra que proyecta el ex Presidente Lula Da Silva, considerado como uno de los grandes líderes mundiales de la pasada década.

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