Cristina lo hizo: el Papa echó a Bergoglio



por Carlos A. Rosetti

Con inmensa emoción, la Presidenta se entrevistó con el nuevo Papa. Tras obsequiarle un mate y una bombilla, y explicarle pacientemente cómo se utilizan esos extraños elementos sudamericanos, la Jefa de Estado le solicitó al nuevo pontífice la remoción del arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio. (para seguir leyendo, cliquear en el título)


El vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro, en su habitual lenguaje de señas, explicó "nuevamente, Cristina logra todo lo que se propone. Bastó compartir un churrasquito para que el Papa reemplazara a Bergoglio por monseñor Joaquín Sucunza en el arzobispado de Buenos Aires."

El informante agregó "Francisco quedó tan impresionado con Cristina que la abrazó y la besó. Es la primera vez en la historia que se da una muestra de afecto tan evidente entre un Papa y una Presidenta"

Frenético en sus explicaciones gestuales, el vocero amplió "Bergoglio es un facho golpista, aliado de la oligarquía vacuna, la burocracia sindical y la corporación mediática. Fue discípulo de López Rega y cómplice de la dictadura. Pero Francisco...¡...es tan distinto...!"

Algunos periodistas que se hallaban presentes le preguntaron si no veía alguna contradicción entre los miembros del gobierno respecto cómo valoraban la elección del nuevo Papa. "Nada que ver...nuestro movimiento es grande y dinámico...coincidimos en todo con Francisco. Nuestra predilección también son los pobres: este año -en el que casualmente hay elecciones- tenemos prevista una amplia gama de medidas tendientes a mitigar las carencias de millones de argentinos"

Consultado por una joven notera, si la ambivalencia en las oponiones gubernamentales sobre el Papa, se correspondían con la bipolaridad que le atribuyen a la Jefa de Estado, replicó "nunca fuimos ambivalentes, ni contradictorios; aceptamos todas las opniones, y en el que no lo sienta así, es un gorila pagado por Clarín"

Por último, negó cualquier operación contra la designación del nuevo jefe católico. "Tenemos un embajador de lujo en el Vaticano. Juampi Cafiero es un fiel exponente de una dinastía de políticos coherentes, que jamás especularon con su pertenencia partidaria o su apellido en la expectativa de un cargo".

Mirando a las cámaras, agregó dramáticamente "...gorilas no se confundan, ustedes lo querían a Bergoglio en el Vaticano, pero otra vez la tienen adentro. ganó Francisco, uno de los nuestros".

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