Ramón Carrillo



"Solo sirven las conquistas científicas sobre la salud si éstas son accesibles al pueblo."

Nació en Santiago del Estero en 1906. Fue médico sanitarista, neurocirujano, neurobiólogo. Ministro de Salud Pública de la Nación, durante la presidencia del Gral. Juan Domingo Perón.

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Luego de cursar estudios primarios y secundarios en su ciudad natal, partió rumbo a Buenos Aires, para iniciar la carrera de Medicina. Se graduó con Medalla de Oro al mejor alumno de su promoción, en 1929.

Se inclinó hacia la neurología y la neurocirugía, obteniendo una beca para perfeccionarse en Europa, donde trabajó e investigó junto a los más destacados especialistas del mundo, Regresó a Buenos Aires en los años treinta, durante la llamada Década Infame. Adhirió al pensamiento nacionalista que tomó auge en ese entonces. Se vinculó con Homero Manzi, Arturo Jauretche y Raúl Scalabrini Ortiz. Se asoció con la escuela neurobiológica argentina activa en el Hospicio de la Mercedes y el Hospital de Alienadas, luego hospitales Borda y Moyano.

Superó en 1937 una enfermedad aguda, y se dedicó a la investigación y a la docencia, Produjo entre 1930 y 1945 valiosas investigaciones originales sobre las células cerebrales que no son neuronas, denominadas neuroglía, y los métodos para teñirlas y observarlas al microscopio, así como sobre su origen evolutivo (filogenia) y sobre la anatomía comparada de los cerebros de las diversas clases de vertebrados.

En ese periodo aportó nuevas técnicas de diagnóstico neurológico precursora de lo que hoy se conoce como tomografía computada; su combinación con el electroencefalograma.

Descubrió la enfermedad de Carrillo o papilitis aguda epidémica; describió en detalle las esclerosis cerebrales durante cuya investigación realizó numerosos trasplantes de cerebro vivo entre conejos, y reclasificó histológicamente los tumores cerebrales y las inflamaciones de la envoltura más íntima del cerebro (aracnoides), inflamaciones llamadas aracnoiditis. También propuso una "Clasificación de las enfermedades mentales" muy utilizada en ese tiempo.

En 1939 se hizo cargo del Servicio de Neurología y Neurocirugía del Hospital Militar Central en Buenos Aires. Esta función le permitió conocer con mayor profundidad la realidad sanitaria del país, comprobando la incidencia de la pobreza en las enfermedades más frecuentes.

Llevó a cabo estudios estadísticos que determinaron que el país sólo contaba con el 45% de las camas necesarias, distribuidas de manera desigual, con regiones que contaban con 0,001% de camas por mil habitantes. Confirmó de esta manera sus recuerdos e imágenes de provincia, que mostraban el estado de postergación en que se encontraba gran parte del interior argentino.

En 1942 obtuvo por concurso el cargo de Profesor Titular de Neurocirugía de la Universidad de Buenos Aires. Formó allí una escuadra de bien elegidos y talentosos discípulos, entre ellos Germán Dickmann, Raúl Matera, Raúl Carrea, y Alberto Kaplan, entre otros. Tras conocer al Gral. Perón en 1943, en el Hospital Militar, se convirtió en sanitarista, ocupándose de investigar y resolver las causas de las enfermedades desde el punto de vista político y social. Colaboró con la planificación en salud pública durante el gobierno de Edelmiro Farrel y brevemente, se desempeñó como Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, En 1946, fue nombrado como el primer Ministro de Salud Pública de la historia argentina

Coordinó su accionar con María Eva Duarte de Perón, esposa del Presidente, ocupada principalmente en la cuestión social.

Durante su gestión desarrolló una innovadora labor, siendo mentor y ejecutor de un detallado programa sanitario.

Gracias a dicho plan, aumentó el número de camas existentes en el país, de 66.300 en 1946 a 132.000 en 1954. Erradicó, en sólo dos años, enfermedades endémicas como el paludismo, con campañas sumamente agresivas. Hizo desaparecer prácticamente las enfermedades venéreas. Construyó 234 hospitales gratuitos. Disminuyó el índice de mortalidad por tuberculosis de 130 por 100.000 a 36 por 100.000. Terminó con epidemias como el tifus y la brucelosis. Redujo drásticamente el índice de mortalidad infantil del 90 por mil a 56 por mil.

Todo esto, dando prioritaria importancia al desarrollo de la medicina preventiva, a la organización hospitalaria, a conceptos como la "centralización normativa y descentralización ejecutiva". En 1951creó el Instituto de Cibernología, dedicado al planeamiento estratégico.

Renunció en 1954, un año antes del derrocamiento de Perón. Ya enfermo, debió exiliarse, marchándose a Brasil, al ser perseguido por la llamada Revolución Libertadora, que protestó formalmente ante el gobierno de ese país por darle a Carrillo ayuda médica, calificándolo de "prófugo". La dictadura destrozó sus libros y cuadros y lo declararon "ladrón de nafta", silenciando su figura y su obra.

Pese a su enfermedad, y en la pobreza en que se vio sumido, produjo trabajos de antropología filosófica, dejando esbozada una "Teoría general del hombre".

Parte de su legado puede resumirse en algunas de sus frases: "Los problemas de la Medicina como rama del Estado, no pueden resolverse si la política sanitaria no está respaldada por una política social. Del mismo modo que no puede haber una política social sin una economía organizada en beneficio de la mayoría...Frente a las enfermedades que genera la miseria, frente a la tristeza, la angustia y el infortunio social de los pueblos, los microbios, como causas de enfermedad, son unas pobres causas "

Murió en Belem do Pará, Brasil, en 1956.

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