Rumbo al desierto



Por Mariano Rovatti

La paliza que el gobierno sufrió ayer en las urnas marca el comienzo de una larga marcha hacia el desierto. En sentido contrario que el camino del pueblo elegido liderado por Moisés, en el kirchnerismo se descuenta que deberán dejar la tierra prometida de la que han extraído cuantiosos frutos, esperándolos un futuro lejos del poder, y quizás, jaqueado por citaciones judiciales. El gran verdugo ha sido Sergio Massa, quien dio el salto en el momento justo, resistiendo presiones de propios y extraños, para hacerlo antes de tiempo o postergar la decisión hasta el 2015. Quedó así en la pole position para la próxima carrera presidencial. Elisa Carrió, Julio Cobos, Hermes Binner y José Manuel de la Sota acompañaron con sus victorias locales, la tarea de demolición del kirchnerismo, posicionándose como aspirantes a posiciones relevantes dentro de dos años. Daniel Scioli y Mauricio Macri quedaron amesetados, con grandes interrogantes sobre el futuro. La foto del nuevo escenario es desalentadora para el gobierno nacional, quien ya no promete ir por todo, sino que ahora implora por la gobernabilidad. Pero la película promete mayores aflicciones. Los contextos político, económico y social auguran que -pese a sus pretéritas resurrecciones- en términos de poder, el gobierno está peor que ayer y mejor que mañana.

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Cuatro años atrás, Néstor Kirchner, tras perder por dos puntos frente a Francisco De Narváez, reconoció la derrota y de allí en más, inició una increíble resurrección política que –tras su estratégica partida en 2010- derivó en el contundente triunfo de Cristina Fernández en 2011.

Ese formidable caudal que alcanzó el 54% de la voluntad popular, en tal sólo dos años, la Presidenta lo arrojó al mar, tras una larga y consecuente cadena de errores, que sólo generaron una patológica autodestrucción de su capital político.

El oficialismo perdió en catorce distritos, entre ellos los cinco más importantes (Buenos Aires, Capital Federal, Córdoba, Santa Fe, Mendoza); pero también en otros que se creía cautivos como San Juan, Santa Cruz, Chubut, Neuquén…

Fiel al encierro en sí mismo que caracterizó su última etapa, anoche el elenco gubernamental mostró una imagen representativa de su presente: un discurso largo, esquizofrénico y negador de la Presidenta –quien lucía pálida, sobremedicada y con los ojos hinchados- sin permitir el uso de la palabra a los candidatos allí presentes. Ninguna autocrítica, ni admisión de la derrota. Sólo dibujar en el aire cifras exhibidas con la intención de tomar por estúpidos a los ciudadanos y hacerles creer que la derrota era victoria.

¿Cuánto tiempo más el justicialismo seguirá caminando ciego detrás de un liderazgo tan tóxico? ¿seguirán esperando a Daniel Scioli? Porque no quiso, no supo o no pudo torcer el curso de los acontecimientos, el dócil gobernador recibirá las sobras de un proyecto político ya consumido.

Parte de ese justicialismo, veinte intendentes bonaerenses- dieron el paso junto a Sergio Massa, alejándose el kirchnerismo. Junto a ellos, se sumaron sindicalistas, grupos empresarios y referentes de otros partidos. La victoria es la consecuencia de una decisión política tomada con valentía, sentido de la oportunidad, ambición de poder y liderazgo estratégico. Con un puñado de ideas aportadas por los encuestadores y analistas, Massa armó un discurso simple y digerible, en el que el sentido común desplaza a la ideología, logrando construir la imagen simbólica de lo nuevo, aunque muchos de sus alfiles sean oxidados exponentes de la vieja política.

Para ampliar la ventaja, y consolidar su liderazgo, deberá ser menos previsible en sus discursos, y más enfático contra la corrupción de los funcionarios. La conciencia social sobre el nivel de ella, obliga a tomar definiciones más claras en el tema.

A lo peronista, ocupó el espacio que Scioli dejó vacío, y que a Francisco De Narváez le quedó grande. El colorado, quien había hecho siempre buenas elecciones, quedó reducido a una expresión muy pequeña. Quizás, su camino zigzagueante en materia de alianzas (Macri, Alfonsín, Moyano…) le quitó credibilidad en la sociedad, que alguna vez lo vio con ojos esperanzados.

Ese nivel electoral puede descender aún más si se consolida la polarización, fenómeno por el cual los votantes resuelven los problemas credos por el vedettismo de los dirigentes, incapaces de construir alternativas de unidad.

En este sentido, resulta significativa la perfomance electoral de numerosos espacios autodenominados peronistas y opositores, que no confluyeron en una única opción electoral, llenando sus listas de novias y amigotes. Tanto en Provincia como en Capital, hicieron papelones, pero aún así –al estilo de los partidos de la izquierda más trosca, a la que se parecen cada vez más- algunos dijeron que cumplieron el objetivo…

Todo lo contrario fue la experiencia de UNEN en Capital, quienes se alzaron con la victoria tanto en senadores como en diputados. Desde el PRO relativizan el hecho, pero el triunfo de dicha alianza es el premio de haber sabido aprovechar la herramienta mejor que nadie, democratizando la decisión de diseñar las candidaturas. Con las listas unificadas, el electorado porteño seguramente reiterará su predilección por Gabriela Michetti y Elisa Carrió. La primera, peleando mano a mano con Fernando Solanas, en lo que –aun ganando- no puede ser presentado como motivo para el festejo. Con ello, el futuro de Mauricio Macri está frente a una nube de dudas.

En el radicalismo, quedó otra vez Julio Cobos como el referente mejor posicionado. Con un triunfo categórico en su provincia, está en la grilla para correr la carrera a la Casa Rosada en 2015. Tiene a su favor que es conocido en todo el país, pero no goza de la adhesión de sus propios correligionarios.

Hermes Binner también es un pilar opositor, y quizás promueva repetir a nivel nacional la experiencia del UNEN. Su adversario podría ser Cobos, y quizás Elisa Carrió. Aunque a ésta le conviene ir por la Jefatura de Gobierno porteña, para la que tendría posibilidades concretas. Sería la primera vez que podría acceder a un espacio de poder real, con manejo territorial u disponibilidad de recursos. Pero ello no está en su naturaleza política.

José Manuel de la Sota quedó como el último exponente nacional de la primavera democrática. Retuvo su liderazgo en Córdoba, pero tiene dificultades de trascender los límites de su terruño.

Comienza el tramo de campaña específico para las elecciones de octubre, en las que quedarán definitivas la asignación de bancas. El panorama es poco alentador para el gobierno, quien puede sufrir un revés más grave aún. ¿Cómo será su respuesta desde ahora hasta entonces? ¿Redoblará la apuesta o hará la plancha?

Todos sabemos de qué está el kirchnerismo, y es difícil imaginarse lo contrario a lo que ha hecho siempre.

Buenos Aires, 12 de agosto de 2013

Datos interesantes:

I. Totales agrupados por corriente:

1. FPV y aliados (6.799.793) 29.65%

2. Peronismo disidente (5.903.016) 25.74%

3. UCR, Socialistas y aliados (5.460.861) 23.81%

4. PRO y aliados (1.525.995) 6.65%

5. Izquierda (1.243.252) 5.42%

6. Otros (802.019) 3.5%

II. Los top 20

Si consideramos a los cabezas de lista, tanto en senadores como en diputados, y los ordenamos según la cantidad obtenidos, nos da el siguiente ránking, útil para analizar cómo cada candidato hará valer sus credenciales en 2015, en una elección de distrito único:

1. Sergio Massa / Frente Renovador (peronismo disidente) / Buenos Aires): 3.041.969

2. Martín Insaurralde (FPV - Cristina Fernández – Daniel Scioli) / Buenos Aires): 2.573.574

3. Margarita Stolbizer (Frente Progresista) / Buenos Aires): 966.159

4. Francisco De Narváez /Unidos por la Libertad (peronismo disidente) / Buenos Aires): 915.024

5. Hermes Binner (Frente Progresista) / Santa Fe): 669.446

6. Gabriela Michetti (PRO - Mauricio Macri) / CABA: 593.945

7. Sergio Bergman (PRO - Mauricio Macri) / CABA : 520.575

8. Miguel Del Sel (PRO – Mauricio Macri) / Santa Fe): 459.892

9. Juan Schiaretti (PJ – José Manuel de la Sota) peronismo disidente / Córdoba): 439.964

10. Julio Cobos (UCR) Mendoza: 417.752

11. Daniel Filmus (FPV – Cristina Fernández) CABA : 375.663

12. Jorge Obeid (FPV – Cristina Fernández) / Santa Fe): 373.277

13. Juan Manzur (FPV – Cristina Fernández – José Alperovich) / Tucumán: 359.978

14. Juan Cabandié (FPV – Cristina Fernández) - CABA: 358.919

15. Néstor Pitrola (Frente de Izquierda) / Buenos Aires): 342.921

16. Oscar Aguad (UCR) / Córdoba: 326.947

17. Elisa Carrió (UNEN) / Capital): 326.131

18. Cristian Olivia (Frente Cívico – Gerardo Zamora) / Santiago del Estero): 320.058

19. Pedro Guastavino (FPV – Sergio Uribarri) / Entre Ríos: 307.113

20. Alejandro Abraham (FPV – Francisco Pérez) / Mendoza: 257.945


5 comentarios:

Anónimo dijo...

me gusto ED

Anónimo dijo...

Muy bueno...como escribiste en otro comentario...es" ella o ella". Como dijo Fontanarrosa, "el árbol se ríe del hacha...así le va!!!". Gracias!! JW

Anónimo dijo...

Muy bueno Mariano !!!!! ♫...EC

Anónimo dijo...

Excelente articulo como siempre!
Me parece acertada tu lectura de la eleccion de la capital federal.
Los grandes medios estan siendo demasiado benevolos con macri, a quien con tan solo el 30% de los votos en su propio distrito, le queda gigante la candidatura presidencial.GD

Anónimo dijo...

Excelente, Mariano. Muy bueno GT