La nueva configuración mundial (2do,cap: Europa y Japón)












por Ricardo Auer

El crecimiento de los países marca su desarrollo e importancia relativa, pero también su declinación; también las enormes deudas nacionales, consecuencia de los excesos empresariales y gubernamentales, son significativas a los efectos de visualizar un escenario futuro.

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EUROPA

Si bien los precios se mantienen constantes, la gente consume poco; por lo cual los empresarios invierten menos, pese a disponer de créditos con tasas bajas; de ese modo, el ahorro no genera riqueza. Los jóvenes no se plantean comprarse una casa, o comprar un auto, ni tampoco piensan en tener un trabajo para toda la vida. Tener hijos es bastante difícil: si los dos trabajan, no hay quien cuide a los niños; una educación de calidad es cara y se necesitan ambos sueldos. No hay “niñeras” disponibles. Ni trabajadores para ocupaciones de poco nivel. El europeo medianamente bien educado, sólo busca labores “socialmente” bien vistas. A lo largo de los últimos 40 años han llegado masivamente a Europa los llamados “trabajadores inmigrantes” (Gastarbeiter), con familias, costumbres y religiones diversas, lo cual ha desarrollado algunas rispideces, que han escalado al nivel de crisis, en algunos casos. El modelo del multiculturalismo supuestamente beneficioso, va encontrando algunos límites prácticos, aún sin resolver.

Si nacen pocos niños y la expectativa de vida se prolonga, se deben aumentar los impuestos y cargas sociales a los que trabajan para sostener a los pensionados. Pero los trabajos industriales de producción de bienes físicos (remunerados en blanco) van disminuyendo como consecuencia que el gran capital traslada sus factorías a China y a Asia en general, por contar allí con más bajos salarios. Distinto es el caso de los trabajadores en el sector servicios, que en muchos casos trabajan sin papeles (en negro). Pero el peso político de los “jubilados” se hace sentir y nadie se atreve a proponer un cambio de rumbo. Sólo se escucha el discurso del ajuste y la austeridad, como “solución” final. El proyecto político común europeo es administrar la “inevitable” declinación; dicho de otro modo, no hay futuro para el europeo medio. Solo pasar el tiempo.

La mediocridad promedio de las clases política no aporta demasiado para lograr un cambio de situación, por lo cual se van sucediendo durante más de dos décadas, gobiernos de burócratas bien pagos, pero sin ideas renovadoras, y que sólo producen cíclicas crisis e inestabilidad política.

El conformismo material y espiritual de los europeos es como una droga que va adormeciendo las expectativas sociales y todo se reduce a la cultura del mínimo riesgo. No hay nada interesante por lo cual luchar. Los focos de interés cultural se desplazan hacia objetivos lejanos: el indigenismo latinoamericano, la preservación de la fauna africana, o el estudio de las tribus de Madagascar.

Pero la falta de horizontes económico-sociales desarrolla un clima de celos y miedos, potenciando un fuerte resentimiento social, que se explica por el fracaso de un multiculturalismo acelerado, incentivado por la social-democracia y los residuos del eurocomunismo, enmascarados bajo pseudónimos de ocasión. Cada ideología siempre se enfrenta al banco de pruebas de la realidad de cada espacio y de cada época. Se verifica una vez más que no existen recetas universales. Cada saber es un “saber situado”, como diría Günter Rodolfo Kusch, filósofo argentino (1922-1979).

No es de extrañar que en esta manifiesta declinación, las elecciones europeas hayan generado un crecimiento progresivo de partidos considerados de “derecha”, entendida ésta como más nacionalistas, anti-inmigraciones masivas y algunos de ellos bastante xenófobos. Un tercio de los franceses adhieren al Frente Nacional (Marine Le Pen). En Holanda, Bélgica, Dinamarca, Hungría, Austria, Bulgaria e Italia, estos partidos tienen ya porcentajes de dos dígitos. En Finlandia, Rumania, Grecia, Francia, Gran Bretaña y Eslovaquia, tienen entre 5% y 10%. En Suecia un 6%.

De donde surgen esta nuevas adhesiones?. Son militantes y votos de los partidos de centro (o de la derecha liberal) y de los militantes de los partidos de izquierda más radicalizada; todos ellos cansados de extenuantes e interminables “debates”, que no han logrado modificar la inercia económica y la decadencia social y cultural. Muchos hombres sin trabajo, caen bajo la influencia de las consignas de aquellos partidos que explican que si ellos están sin trabajo, es porque alguien ocupa su lugar; generalmente un inmigrante extranjero; a lo que se suma el enorme gasto burocrático de la superestructura de la UE. Inclusive los partidos democráticos han optado últimamente por regular o limitar las inmigraciones masivas, inclusive intra-unión europea. Un caso similar está ocurriendo ahora en el GBA, donde ante los altos costos de la medicina privada, muchas familias de clase media concurren a los hospitales públicos, y atribuyen la falta de turnos médicos, a la excesiva presencia de extranjeros , en particular bolivianos y peruanos.

Estos partidos también alientan un anti-europeísmo de corte “patriótico”. Aducen que el establishment político europeo (los funcionarios económicos y sociales, los eurodiputados y los cientos de miles que viven del presupuesto de la UE) son corruptos e incompetentes. En general defienden "el retorno a las monedas nacionales y mantenimiento de la soberanía nacional contra el centralismo de Bruselas" y una "conservación de las identidades culturales de los pueblos del continente, contra la inmigración masiva y la islamización". La dependencia energética de Rusia ha actuado también como un sedante encapsulado “de liberación prolongada”. Es poco probable que los acontecimientos de Ucrania vayan a cambiar sustancialmente el panorama. El gas ruso es económicamente irremplazable. Los precios del gas natural de Europa deberían al menos duplicarse para reemplazar a los suministros rusos, desafío que nadie quiere, ni querrá, enfrentar.

Los EEUU, replegados de Medio Oriente, por el descubrimiento de fuentes propias de energía y encaminados hacia una gran movilización estratégica en Asia (Alianza del Pacífico) se desconcertaron inicialmente con la movida rusa en Crimea. Luego de la sorpresa inicial enfocaron sus esfuerzos en reflotar un cierto entusiasmo europeo por la OTAN. Sin embargo no es fácil remontar los profundos recortes en Defensa aplicados durante muchos años, especialmente en Europa. El “frente ruso” no estaba, ni en los planes de Europa, ni en los de los EEUU. El tema a dilucidar para Europa es si Rusia seguirá avanzando o no en algunos de esos Estados fronterizos (en la órbita de la ex URSS), y que cuentan con minorías rusófilas sobre las que Rusia podría tratar de influir, lo que no parece ser una opción de interés para Moscú, por el momento.

De cualquier forma obliga a Europa a plantearse el problema militar de la Defensa, lo que acarrea nuevos presupuestos, es decir, nuevos problemas. De contar con casi seis millones de militares en 1990, los países aliados han pasado a tener 3,6 millones en 2010. Si el personal militar y civil de Defensa suponía entonces un 2,5% de la población activa, hoy representa el 1,1%. Sin embargo no debe olvidarse que la OTAN sigue siendo la mayor potencia militar del mundo, aunque la caída de los presupuestos provoca una gran preocupación. Sin embargo nadie cree seriamente en recrear una nueva “guerra fría”.

JAPON

Japón ha sufrido dos décadas de retroceso económico, con deflación. Nadie compra lo que cree que va a valer menos más adelante. Los capitales japoneses han estado invirtiendo fuera de su país, por los altos costos internos, que lo volvían no competitivo internacionalmente. El estado de bienestar general, transformado en conformismo paralizante, al igual que en Europa, produjeron estos 20 años de declive. Pero esa situación está cambiando. Hay un nuevo impulso político detrás de la devaluación del yen. El triple desastre de Fukushima (terremoto, maremoto y accidente nuclear) ha afectado la autoestima nacional, cuestionando la autosuficiencia energética y financiera. Al igual que en Argentina, hubo que realizar enormes importaciones de energía (GNL), generando un déficit de caja, que obligó a Japón a endeudarse a mayor ritmo, con las consecuencias de su mayor dependencia externa. Simultáneamente a este desastre, Japón se encontraba repotenciando a sus FFAA (llamadas allí Fuerzas de Auto-defensa) para compensar en parte el enorme despliegue militar chino; enorme desafío regional, que no puede ser resuelto únicamente con su alianza con EEUU. Aunque siga manteniendo el límite del 1% del PIB en gastos militares, Japón está potenciando su ejército, principalmente por miedo al fortalecimiento de Pekín El gobierno japonés anunció un nuevo programa militar para el periodo 2014-2019, que prevé un aumento del 5% de su presupuesto militar(225.000 millones de USD) y la adquisición de nuevo material bélico. Pese a lo que diga la geografía, ya no hay islas en la cual aislarse del mundo.

Inversiones en el campo de la Defensa

No sólo China y Japón han incrementado su inversión militar. También Rusia gastará 650.000 millones de USD en el periodo 2011-2020 para renovar el 70% de su armamento. (4,8 % del PBI). Las nuevas tendencias globales en la inversión militar pasan por Rusia, China y sus vecinos asiáticos. Mientras en la Secretaría de Defensa de EE UU proponen rebajar el número de efectivos del Ejército hasta 450.000 (la cifra más baja desde 1940), China anuncia que en 2014 gastará por su defensa 125.000 millones de USD, un 12% más que en 2013. Al aumento chino se suma un intenso plan de rearme ruso y la subida del presupuesto militar japonés debido a las disputas fronterizas en el Océano Pacifico (con China y con Corea del Sur). Según el Instituto de Investigación sobre la Paz de Estocolmo (SIPRI, en su sigla en Inglés) el presupuesto militar mundial de 2012 (el último año disponible) en casi 1,64 billones de USD, es decir el 2,5% del PIB global y mayor que en el período anterior a la caída del muro de Berlín (1989). Los impulsos más relevantes a la inversión en armamentos se concentran en Asia.

Según El Balance Militar 2014, no debe olvidarse que los EEUU invierte en su presupuesto para la Defensa 560.000 millones de USD, una cifra que casi alcanza la suma de los presupuestos de los demás países del mundo. China, el segundo país en este ranking, ha gastado (antes de anunciar el aumento de su presupuesto) 105.000 millones de USD al año. Para alcanzar los niveles estadounidenses, China tendrá que mantener un crecimiento económico del 10% en los próximos 20 años. Y eso en sí mismo es un gran desafío, probablemente inalcanzable.

CONCLUSIONES Y REFLEXIONES

• Ninguna nación, por más importante que sea, está exenta de su declinación, ni tampoco ninguna está “condenada” al éxito. Los que mejoran o progresan es porque tienen proyectos y se esfuerzan en lograrlo, con capacidad y determinación. Nada es automático. Los que declinan o decaen es porque han caído en un conformismo materialista, en decadencias espirituales o culturales, o porque sus clases dirigentes son mediocres o corruptas.

• Si bien el desarrollo científico-tecnológico, la apropiación del conocimiento, la incorporación de valor agregado y los altos niveles educativos son absolutamente necesarios para generar niveles de vida más altos; el crecimiento económico, basado exclusivamente en un creciente consumismo material no es suficiente para lograr sociedades armónicas o con bienestar social sustentable. Factores culturales, religiosos, poblaciones, patrióticos, geopolíticos, de protección de recursos naturales o energéticos, medioambientales, y otros, deben ser cuidados con extrema prudencia para el desarrollo de cada nación.

• Las ideologías no han determinado el curso del desarrollo o caída de las naciones. Han sido los múltiples factores estratégicos y la visión de largo plazo de sus dirigentes políticos, sociales, empresariales y militares, los que han determinado los diferentes cursos de acción.

• Los pueblos desean vivir mejor y en paz. El logro de mejores niveles de justicia y de equidad sólo puede lograse con la participación ciudadana, en todos los ámbitos; que sienta como propio el camino a seguir; la experiencia indica que dejar que una minoría, activa políticamente, resuelva todo, produce a la corta o a la larga, una oligarquías dominante, de cualquier signo, siempre nefasta.

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