Macri y Massa juegan a las escondidas con la provincia como jarrón chino



Por Ignacio Fidanza

El diálogo a través de la negación del diálogo, entró en la recta final. En 41 días se define.

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Mauricio Macri negó la posibilidad de un acuerdo con Sergio Massa, que este nunca ofreció. Al otro día Sergio Massa rechazó de plano competir con Mauricio Macri en una misma primaria, a la que nadie lo invitó. Parece un diálogo de sordos pero es apenas política y de la más tradicional.

¿De qué hablamos cuando no hablamos? En este caso se trata de la provincia de Buenos Aires, nada menos que el 40 por ciento del padrón.

Macri dice que su candidata a gobernadora es María Eugenia Vidal, pero cerca suyo la mencionan como posible ministra de un Gobierno nacional encabezado por el PRO. Es muy sugerente que Macri sume con cuentagotas en la provincia como si tuviera todo el tiempo del mundo y al mismo tiempo de de el lujo de dejar en el limbo a Gustavo Posse. “Le estamos guardando el lugar a Sergio”, confesó a LPO uno de los principales armadores del jefe de Gobierno.

Sergio Massa niega y se ofende –aparentemente en serio- ante cualquier insinuación de su pase a la provincia. Pero se encargó que en este largo año y medio desde su triunfo en las legislativas del 2013, su espacio no consolidara ningún candidato a gobernador.

Darío Giustozzi está deprimido y ya ni cumple con sus tareas de jefe del bloque de diputados nacionales del Frente Renovador. Francisco de Narváez quedó flotando y hace rato que no comparte fotos con Massa. Felipe Solá se bajó. Mónica López dice que mantiene su candidatura, pero todos huelen que a la película le falta un capítulo importante.

Massa con todo el derecho del mundo sostiene que su proyecto presidencial sigue vivo. Que con el acuerdo con De la Sota -al que se sumarían los Rodríguez Saá-, más el impulso del acto en Velez Sarfield, el posible apoyo de Hugo Moyano y el peso decisivo de la provincia de Buenos Aires, sigue siendo un candidato competitivo.

Es un juego de tahúres. De la Sota puede ir a la primaria contra Massa o bajar a senador nacional, con o sin acuerdo con Macri. Todo está en discusión. Es momento de mostrar y medir fuerzas para tratar de maximizar la ganancia.

Macri dice que no quiere a Massa por dos motivos centrales: Para que Lilita Carrió no lo ataque y porque está cansado de recibir golpes del ex jefe de Gabinete. “Cada vez que le tiro un centro me mata, ahora el que va a tener que moverse él”, le dijo al último de su círculo intimo que le pidió que tenga un gesto con Massa.

Pero no hay que confundirse. Macri sabe que sumando a Massa y De la Sota, está casi eliminado el riesgo de un triunfo de Daniel Scioli en primera vuelta. “Es un pragmático y quiere ser presidente, por supuesto que aceptaría a Sergio”, agregó a LPO otro de los hombres claves del líder del PRO. No hay tontos en este juego. Si Massa se queda sin paño para ser presidente en este turno, la gobernación no es un premio consuelo. Sería el gobernador peronista más importante. Clave con cualquiera que gane la presidencia. El mismo día que asumiera ese cargo volvería a ser presidenciable, tal vez incluso con más fuerza. Y en las parlamentarias del 2017 podría sumar pila de diputados nacionales, provinciales y hasta dos senadores nacionales. No es un plan B. El 10 de Junio cierra el período para presentación de alianzas. Es decir, quedan 41 días para que termine esta danza.

Publicado en La Política On Line


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