¿De dónde sale el 45?


Por Mariano Rovatti

Tras la muerte de Néstor Kirchner, se difundió rápidamente que la intención de voto de la Presidenta para las próximas elecciones rondaba el 45%, según los proveedores de encuestas del gobierno nacional. Otros (1) ubican más abajo el nivel de apoyo popular presidencial. En todos los casos, la diferencia con el segundo es muy amplia, con una dispersión opositora muy marcada que acentúa la preeminencia de Cristina Fernández.(Para leer el artículo completo, cliquear arriba, sobre el título)



Esta situación generó una serie de reacomodamientos, en especial dentro del complejo universo del Partido Justicialista.

45% fue el porcentual que obtuvo la Sra. de Kirchner en 2007, doblando a la segunda, Elisa Carrió. Para esa ocasión, contó con el apoyo de su marido Presidente, casi todos los gobernadores, intendentes del conurbano, el radicalismo K, la CGT, la UIA, los multimedios, el campo, los laboratorios, los bancos, las petroleras, los jubilados, la mayoría de los senadores y diputados nacionales... El kirchnerismo estaba en su mejor momento, erigiéndose en sólido e invencible.

Dos años después, tras el desgaste producido por batallas y aliados perdidos, el kirchnerismo fue derrotado en las urnas en todo el país, perdiendo un tercio de sus votos de 2007. Totalizó el 30% a nivel nacional, o sea que el 70% le votó en contra con lo que tenía a mano: Juez y el radicalismo en Córdoba, en donde salió 4°; Socialismo y Reutemann en Santa Fe, en donde salió 3°; en la Capital no superó el 10%. En la provincia de Buenos Aires, pese a poner toda la carne en el asador, con Kirchner, Scioli y Massa en la lista, perdió contra una alianza de ocasión de Francisco De Narváez, Mauricio Macri y Felipe Solá.

Hoy el líder del espacio ya no está, la CGT y el gobernador bonaerense condicionan al poder presidencial y la conducción de Cristina está lejos de ser tan hegemónica como la de su marido. Los intendentes presionan a Scioli para que rompa o ponga límites a la Casa Rosada. Los multimedios están en su mayoría enfrentados al gobierno; el campo –pese a su buen momento- no le perdona a Cristina la guerra del 2008. El Congreso está paralizado por el empate en la relación de fuerzas. Los jubilados tienen más fresco el recuerdo del veto al 82% móvil que los ocho aumentos de Kirchner.

Con todas estas pérdidas, ¿de dónde sale el 45%? ¿Sólo del efecto-duelo? ¿Por el aporte del centroizquierda, luego de la radicalización del discurso oficial? ¿Tanta influencia tenía este sector? ¿Acaso Sabatella supera el 5% de intención de voto en la provincia?

Todo indica que –en verdad- se trata de una operación impulsada por la Casa Rosada, y ejecutada por la red de medios estatales y privados sustentados por la pauta oficial. La misma intenta consolidar el liderazgo presidencial, llevando a la Presidenta a pelear por su reelección, garantizando la gobernabilidad y manteniendo incólume la estructura política del oficialismo, al menos hasta la elección.

La radicalización del discurso y su carácter triunfalista sólo le sirven para fidelizar lo que ya tienen –que es mucho después de ocho años de gobierno- pero no para ganar a los independientes y moderados, que son mayoría.

Hablando en confianza con operadores kirchneristas, admiten que las colectoras (2) son una necesidad para tener posibilidades de ganar en primera vuelta, única opción para seguir en el gobierno. Saben que si Cristina no llega al 40% y le saca más de 10 puntos al segundo, todo se acabó.

Si el gobierno sacó el 30% en 2009, ¿de dónde saca el 10% que le falta? ¿Hoy está objetivamente más fuerte o más débil que entonces? El sistema de primarias, ¿a quién potenciará más: al gobierno que tiene una sola precandidata, o a la oposición que tiene muchos, y quedarán sólo uno por espacio? En las últimas semanas previas a la elección, ¿se mantendrá la dispersión opositora, o se polarizará detrás de quien la gente vea con mayores posibilidades de derrotar al gobierno? En tal caso, ¿se consolidará el radicalismo, como histórica alternativa al justicialismo, quizás liderado por Ricardo Alfonsín, rememorando a su padre, o prevalecerá el macrismo aliado al peronismo federal, que manejan tres distritos, entre ellos la Capital, y pueden mostrar más experiencia de gestión que los radicales?

¿Qué hará Daniel Scioli? El acuerdo alcanzado para modificar la legislación bonaerense, eliminando el sistema D’Hont y reinstalando el piso del 25% para las minorías en las internas partidarias, parece una transacción destinada a contener a los intendentes y tolerar las colectoras. Ahora, ¿qué pasaría si Scioli, después de dar esta señal conciliadora hacia el gobierno nacional, adelanta las elecciones provinciales? ¿Tendrá tiempo la Casa Rosada de elaborar una respuesta? ¿Está en condiciones de evitar esa jugada del Manco?

¿Cómo influirá el contexto económico social? ¿Tendrá la oposición propuestas alternativas para combatir la inseguridad, la inflación y la pobreza?

El otoño irá dando las primeras respuestas

Buenos Aires, 5 de marzo de 2011


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(1) Enrique Zuleta Puceiro dio a conocer recientemente los siguientes guarismos:
Cristina Fernández...........33,4%
Ricardo Alfonsín.............15,9%
Mauricio Macri...............14,5%
Elisa Carrió..................5,4%
Eduardo Duhalde...............4,6%
Fernando Solanas..............4,3%
Ernesto Sanz..................3,8%
Julio Cobos...................3,2%
Si se agruparan por espacios, ejercicio siempre relativo ya que la política es mucho más que pura aritmética, daría lo siguiente:
Frente pata la Victoria......33,4%
Acuerdo Cívico y Social......22,9%
PRO-Peronismo Federal........19,1%
Coalición Cívica..............5,4%
Proyecto Sur..................4,3%


(2) Las colectoras no se limitarían a la Provincia de Buenos Aires. Si Macri, con apoyo del FPV, logra unificar las elecciones porteñas, Cristina le daría colectoras a Carlos Tomada, Daniel Filmus y Amado Boudou. Dinamitaría así al PJ de la ciudad, pero estaría cerca de conseguir que el 25% la vote sumándole al total nacional. Quizás Macri haga lo mismo con Gabriela Michetti, Horacio Rodríguez Larreta y quizás, Martín Redrado si pacta con el PF. Hasta Pino Solanas, podría imitarlos con Claudio Lozano y Jorge Telerman, que boya entre el FPV y la centroizquierda.
Si no logra ese acuerdo, la ciudad votaría en agosto, obligando al FPV a hacer una interna o a que el dedo de Cristina elija al candidato

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