Del Sel, un fenómeno popular que amenaza a Rossi

Por Ignacio Fidanza


El actor cómico fue la revelación de la elección santafesina y confirmó que es un fenómeno popular. Con pocos fiscales y casi sin candidatos ni partido, se acercó de manera dramática a los poderosos aparatos del socialismo gobernante y el kirchnerismo. Si capitaliza el voto rural del peronista Perotti y el radical Barleta, en las elecciones de junio puede ser el verdugo de Agustín Rossi.

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Macri, Del Sel y Salomón festejan el resultado de la primaria santafesina.Ver más imágenes
El Midachi Miguel del Sel, demostró ayer que en términos políticos es un caso serio. Hay una tendencia que impera sobre todo en cierto progresismo porteño a subestimarlo. El típico elitismo de la clase media bienpensante, que extremado lleva a sugerir el voto calificado, como deslizó en su momento Pino Solanas.

No es una novedad, que en general el progresismo tiene una dificultad genética para asimilar los fenómenos populares que no se ajustan a su paladar. Pero bien mirado, el desembarco de Miguel del Sel en la política no es muy distinto al que en su momento realizaron Carlos Reutemann o Daniel Scioli, que ayer como hoy fue un pulmotor electoral indispensable para sostener el “proyecto nacional” de los Kirchner.

Tan claro está que De Sel fue la revelación de la elección santafesina, que las encuestas de boca de urna fallaron y mucho a la hora de vaticinar su resultado electoral. Los fenómenos populares suelen irrumpir sin pedir permiso, para alterar los planes de políticos y politólogos “serios”.

Claro que la ridiculización de Miguel del Sel, disimula mal la tentación autoritaria de cierto progresismo sin gente. En democracia, no hay proyecto político “serio” –entendido esto como la búsqueda del poder para transformar la realidad-, sin votos. Los iluminados que impugnan a Del Sel desde su Torre de Marfil pueden creer que tienen las mejores ideas, pero el Midachi demostró que tiene votos. O sea, la herramienta básica del sistema para dirimir su destino.

El triunfo de Miguel del Sel es tan relevante porque enfrentó dos poderosas maquinarias como la del socialismo gobernante y el kirchnerismo, con una pobreza de recursos políticos conmovedora. En muchos distritos ni siquiera tuvo candidatos, además de la conocida falta de fiscales y la ausencia de un partido provincial real.

Quienes lo impugnan afirman que cosechó lo que cosechó porque en la boleta iban las fotos de los candidatos. No se dan cuenta que la crítica en realidad es un notable elogio. Los votos de Del Sel son todos suyos. No hay que ser muy imaginativo para visualizar lo que pasaría en las próximas elecciones si en vez de ser el candidato del Pro, fuera por ejemplo el postulante del PJ, y sumara a su popularidad la maquinaria electoral del peronismo y del gobierno nacional.

Para tener una dimensión del fénomeno Del Sel no hay más que repasar el resultado de la primaria. El humorista logró 235.491 votos, un 14,83 por ciento del total de los votos afirmativos, y sólo fue superado por Antonio Bonfatti con 292.486, votos (18 4 por ciento en la general) y Agustín Rossi con 270.499 votos (el 17 por ciento en la general). Dejó en el camino a pesos pesados de la política santafesina como Bielsa, Giustiniani, Barletta y Perotti.

Con un agregado: los votos por Del Sel tuvieron como único incentivo manifestarle un respaldo espontáneo. No estaba diputando su candidatura con nadie, de manera que en su caso no hubo, como en las primarias del frente progresista y el peronismo, el acicate de la lucha por el poder.

El fenómeno se empezó a percibir ayer por la noche, cuando al abrir las primeras urnas, por ejemplo de sectores postergados del gran Rosario, como la villa Las Flores de la entrada de la Ciudad, los fiscales socialistas, radicales y peronistas, no podían creer la gran cantidad de votos que cosechaba el cómico. De hecho, en Rosario sacó 90 mil votos, 20 mil más que Bielsa que contaba con el enorme plus del apellido, doblemente famoso por su hermana y su hermano.

Lo mismo pasó en varias localidades del interior en las que pesa el voto rural. Si la combinación de votos de sectores urbanos postergados y chacareros del interior no refleja un fenómeno popular, habría que rediscutir el concepto.

Mensajes para Macri y Rossi

La elección del cómico también obliga a Macri a realizar una nueva autopsia sobre la viabilidad de su frustrada candidatura presidencial. Una vez más queda claro que el Pro contiene a una parte interesante del electorado, que por ahora quedó huérfano a nivel nacional.

Los que empujaron el descenso a la Ciudad de Macri argumentan que precisamente, si el Pro hubiera tenido otros Del Sel en el país, el jefe de Gobierno habría sido candidato a presidente. Del otro lado, se puede argumentar que si realmente se hubiera jugado por la Presidencia, tarde o temprano los Del Sel habrían aparecido. Como sea, hasta en eso el cómico remó contra la corriente. En medio de su campaña tuvo que enfrentar el baldazo de agua fría del paso al costado de Macri, que ayer mismo recién se decidió a viajar a Santa Fe muy avanzada la noche, cuando le confirmaron que Del Sel estaba haciendo una elección espectacular.

Es en ese marco que el resultado de Santa Fe empezó a zanjar dos debates internos en el Pro. Por un lado, perdieron fuerza los derrotistas que proponían abstraerse de la pelea nacional de octubre y decretar libertad de acción para los distritos en los que el Pro tuviera algo. O sea, una deserción política en toda la línea.

Y por el otro, inclinó aún más la balanza hacia un acuerdo con el peronismo no kirchnerista para buscar algún tipo de síntesis a nivel nacional. Desde una fórmula con Felipe Solá, hasta una pura encabezada con Pinedo, con la idea de confrontar con Duhalde en las primarias para sintetizar una propuesta común; o acaso acordar antes de esa instancia con el bonaerense.

La candidatura de Miguel del Sel fue una muestra concreta del potencial de la alianza con el peronismo no kirchnerista. El humorista llevó como vice al intendente de Chabas, Osvaldo Salomón, respaldado por Duhalde. El experimento ahora proyecta su sombra sobre la provincia de Buenos Aires, donde no sería extraño que confluyan los duhaldistas que encabeza Graciela Camaño, con el Pro bonaerense y acaso los seguidores de Felipe Solá.

Todavía hay quienes pujar por acordar con Francisco de Narváez –como el propio Jorge Macri, sobretodo por la pelea que está dando para ganar la intendencia de Vicente López-, pero el acuerdo del empresario con Alfonsín enajena al votante macrista, que sí se sintió cómodo con el acuerdo santafesino.

Pero la mayor preocupación por estas horas envuelve a Agustín Rossi, que teme quedar tercero en la elección general. Es que el voto rural del interior santafesino que acompañó al peronista Omar Perotti y en parte al radical Mario Barletta, podría sentirse más cómodo con Del Sel y Salomón, que con Rossi o el socialista Bonfatti.

No había más que ver la cara de Rossi en las pocas entrevistas que dio hoy, para darse cuenta que el diputado tiene muy claro el desafío que enfrenta; sabe que los votantes de Carlos Reutemann y acaso los dirigentes de ese sector del peronismo santafesino, ahora tienen una alternativa, para arriba o para abajo de la mesa.

La clave para el diputado será entonces lograr que Cristina Kirchner –que en las ciudades de Santa Fe y Rosario superaría en imagen positiva incluso a Binner- se sume a su campaña y le aporte los votos que pierde frente al Midachi. Una necesidad que en la Casa Rosada sabrán cotizar.
Publicado en La Política on Line

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