¿Se van a hacer las primarias?

Por Mariano Rovatti

En teoría, los argentinos tendríamos que votar hasta tres veces este año para elegir autoridades nacionales. Además de la primera y segunda vueltas previstas en la Constitución, se deberían estrenar las elecciones primarias abiertas obligatorias el 14 de agosto. Allí, la ciudadanía elegirá las fórmulas presidenciales y listas de diputados y senadores nacionales de cada partido.

La cuestión es que las fórmulas ya han sido designadas por la dirigencia política, y lo mismo pasará con las listas para legisladores, con lo que la elección de agosto pasará a ser meramente ratificatoria de esas roscas. Para leer el artículo completo, cliquear sobre el título

Apenas tres meses atrás, la fragmentación opositora era calamitosa, mientras que el gobierno ya tenía unificada personería detrás de la Presidenta.

Distintos dirigentes opositores adelantaron los tiempos, al advertir la gran ventaja que le estaban dando al oficialismo, si esperaban hasta el invierno para tener sus candidatos electos. La UCR y el Peronismo Federal convocaron cada uno a su manera, a respectivas internas, que si bien no se consumaron, dejaron instaladas las candidaturas de Ricardo Alfonsín y Eduardo Duhalde noventa días antes de la fecha original prevista en la ley.

Por distintas razones fueron cayéndose las candidaturas de Ernesto Sanz, Julio Cobos, Mauricio Macri, Mario Das Neves, Fernando Solanas, Felipe Solá….Alberto Rodríguez Saá y Elisa Carrió ya están proclamados por sus respectivos núcleos, y la izquierda extrema logró –gracias a la presión de la nueva legislación- un esquema de unidad inédito, que llevará de principal postulante a Jorge Altamira.

El hecho más significativo del arco opositor es la alianza táctica entre Ricardo Alfonsín y Francisco De Narváez. Este armado –iniciado por el sector que apoyaba a Julio Cobos- fue adelantado a fines de 2009 por ArgenPolítica. En ese entonces, parecía un desvarío.

Al cerrar con el Colorado, Alfonsín entrega a sus aliados socialistas y del GEN, haciendo un negocio electoral redondo. Lo que obtiene es mucho más que lo que deja ir.

Empujó así a Hermes Binner y Margarita Stolbizer a ocupar el espacio vacío que dejó Pino Solanas, formando una cooperativa con Luis Juez, la CTA y demás referentes de la centroizquierda no contenida en el oficialismo. Un armado pequeño, con un buen candidato, que quizás le saque algunos votos al gobierno corriéndolo por izquierda, el lado que menos le gusta.

Alfonsín es un radical con más vocación de poder que el promedio de sus correligionarios. Comprendió que sin un anclaje sólido en la provincia de Buenos Aires, no tiene sentido la aventura electoral presidencial.

En la misma línea está la nominación del vice de Ricardito, el economista y productor lechero Javier González Fraga, quien hasta hace una quincena frecuentaba ámbitos duhaldistas. ¿Alfonsín se lo robó a Duhalde? ¿O fue un acuerdo entre ambos? ¿O un gesto unilateral tendiente a un futuro apoyo del Cabezón?

González Fraga, propuesto por Roberto Lavagna, termina de moldear un perfil centrista a la fórmula radical, con la intención de captar votos peronistas e independientes.

Esta situación genera que se llegue al cierre de listas para agosto con todas las candidaturas resueltas. Entonces, ¿para qué embarcar al país en una elección que perdió su razón de ser?

En agosto, la elección es obligatoria, pero no tiene efecto vinculante directo. Cada elector sabrá que no está votando al futuro Presidente. Estará liberado de decidir responsablemente su voto. Podrá hacerlo por simpatías, sin comprometer su futuro y el de su familia.

Como bien señala Carlos Tórtora en un reciente artículo, en agosto además se perfilará quién es el candidato opositor con mayores posibilidades de ser el challenger de la Presidenta. Ello determinará la virtual eliminación de los demás para las elecciones de octubre, por no alcanzar los mínimos legales, por deserción propia, o por aplicación del voto útil.

Así se correrían de lugar los roles de cada elección: la primaria será de hecho la primera vuelta, y ésta funcionará como un ballotage.

¿Se expondrá el gobierno a este riesgo? Al kirchnerismo le conviene la dispersión en octubre, para poder ganar por más de 10 puntos, si saca más del 40% y menos del 45%. Pero si la elección de octubre se reduce a dos contendientes, ¿qué puede pasar?

Pero antes de todo ello, se realizarán tres elecciones provinciales muy importantes, en las que el gobierno saldrá en desventaja: Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba.

En la capital, Mauricio Macri marcha al frente de los sondeos, 7 u 8 puntos por encima de Daniel Filmus, y más atrás, Pino Solanas. Si no se polariza, Macri vencerá por un margen que será difícil de dar vuelta en el ballotage. Si bien le torció el brazo a la Presidenta –que prefería a Amado Boudou- Filmus no tendrá protagonismo en la campaña, que será nacionalizada. Además, las listas de legisladores y aún de las comunas fueron diseñadas en la Casa Rosada.

En Santa Fe, el socialista Antonio Bonfatti lleva una ventaja importante sobre Miguel Del Sel, quien le sacó un hocico a Agustín Rossi. La clave estará en saber cómo votarán los electores del radical Barletta y del peronista Perotti.

En Córdoba, sobre el filo del cierre de listas, José Manuel De la Sota desconoció su pacto con el kirchnerismo, y puso de candidata a vicegobernadora a Alicia Pregno, intendenta de Laboulaye, además de negarle a aquél los lugares prometidos en las listas de legisladores. Así, el gobierno nacional no tendrá divisa propia en la elección cordobesa.

¿Cómo impactará sobre la opinión pública tres hipotéticas derrotas consecutivas en distritos tan importantes? ¿Podrá mantener el gobierno la sensación del ya ganamos?

En otro plano, el kirchnerismo libra cruentas batallas internas. El escándalo Schoklender impactó sobre su imagen. Al revés que en otras situaciones, esta vez la oposición política y mediática está aprovechando la ocasión para lastimar su posición. Desde la administración, los funcionarios se despegan ellos y a las Madres de Plaza de Mayo del tema, convirtiendo a Schoklender en un traidor. Veremos cuál versión es la que compra la opinión pública.

La virulenta batalla por los espacios de poder que plantea Hugo Moyano, al reflejarse en cortes de calle y escenas de patoterismo público, también puede reflejarse en la sociedad negativamente, generando la sensación de que el hábil camionero es incontrolable.

Moyano además ha hecho pública varias veces su preocupación por el alza de los precios de la canasta básica, proceso negado por las autoridades económicas. La inflación es una eficaz fábrica de pobreza: en términos reales, 10 millones de compatriotas la padecen.

Cuatro millones de jubilados y pensionados –que en 2007 votaron a Cristina luego de los ocho aumentos recibidos- son una incógnita sobre qué harán frente a la urna. Hoy día hay una ley que actualiza sus haberes, pero el 82% móvil sancionado por el Congreso fue vetado por la Presidenta. Además, se acumulan los juicios por reajustes jubilatorios, y el ANSES posterga sistemáticamente los pagos de sentencias, al mismo tiempo que hace negocios y designa a jóvenes militantes en los directorios de empresas privadas. ¿Cómo votarán los ancianos en octubre?

La cuestión social, cada vez más preocupante, desmiente al catecismo llamado modelo productivo con inclusión social del que el gobierno nacional y popular es su fiel ejecutante.

De todos modos, éste cuenta con factores importantes a su favor:

La Presidenta mide muy bien en todo el país, sobre todo entre aquéllos que ya decidieron su voto. La muerte de Néstor Kirchner, la concentración del liderazgo en sus manos y el posterior viraje de la política presidencial hacia posiciones más moderadas y no confrontativas, potenciaron el perfil electoral de Cristina Fernández.

La Provincia de Buenos Aires, tras los acuerdos celebrados por Daniel Scioli con Cristina Fernández primero, luego con los intendentes y con Sergio Massa después; más la aceptación resignada de la colectora de Martín Sabbatella, ofrece un territorio previsible y confiable para el oficialismo, fortaleciendo políticamente al gobernador.

La economía mundial sigue funcionando de acuerdo a los intereses argentinos, asegurando un año de liquidez y niveles altos de consumo.

El manejo de la caja para asistencia social, y de la red de medios de comunicación oficiales y paraoficiales –en especial la televisación del fútbol- también ayudará al gobierno en su lucha por permanecer en el poder.

En algunos ámbitos se especula con la posible decisión de la Presidenta de no intentar su reelección


. Un artículo publicado y luego retirado del diario El Argentino, firmado por Martín Caparrós y que hemos reproducido en ArgenPolitica, analiza los motivos para presentarse y no presentarse que tendría Cristina Fernández.

Los primeros son concretos, realistas y responden a la naturaleza política del kirchnerismo. Los segundos tienen que ver con la ideología, los asuntos personales y los principismos.

Es obvio cuáles de estas razones habrán de imponerse.

Buenos Aires, 11 de junio de 2011

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