Vaciaron YPF y ahora la estatizan ¿Qué negociado hay detrás?

Por José M. García Rozado

Hace apenas 5 días hablábamos del negocio-negociado de la renacionalización y hoy CFK luego de vaciarla y después de haberla privatizado junto a Menem viene a estatizarla queriéndonos vender una política “nacional y popular de renacionalización de empresas”, un verdadero escándalo que esconde, o lo pretende, dos cuestiones fundamentales: tapar el caso Boudou y esconder los nefastos resultados de la Cumbre de las Américas de Cartagena; pues Argentina expropio el 51% perteneciente a Repsol y mantuvo los demás accionistas privados. ¿De donde sacaremos los US$ 40 mil millones necesarios para lograr revertir el deterioro energético?
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Cara y ceca de la expropiación, desentrañar lo que tiene de bueno y de malo la decisión cristinista de tomar el control de YPF, es una ardua tarea que solo podrá terminar de abordarse dentro de un prudencial periodo, tal como sucediere con todas las anteriores renacionalizaciones y expropiaciones realizadas por este régimen; seria bueno y acompañable si así se logra frenar la caída de la producción de gas y petróleo, ¿que paso en apenas 9 años de régimen k?: “las cifras de producción de energía primaria (gas y petróleo) entre los años 2003 y 2009 son elocuentes, de acuerdo con un trabajo de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), la Argentina fue el único país en la región donde la producción de energía se redujo en ese período cayendo un 7%. En petróleo crudo, la producción en 2003, al llegar Néstor Kirchner a la Casa Rosada, había sido de 43 millones de metros cúbicos, en tanto que en 2011 fue de 29,8 millones, al tiempo que además disminuían las reservas”.
“El gobierno k, lejos de privilegiar un proyecto productivo en materia energética, ha puesto por encima de todo un proyecto de poder; el desembarco del Estado en YPF, concretado ayer con la intervención de la empresa mientras el Congreso analiza el proyecto de ley de confiscación del 51% de su patrimonio, es una confirmación de que el kirchnerismo aspira a controlar cualquier resorte de poder económico. Y las presiones internacionales no hacen más que envalentonar a sus impulsores que, efectivamente, y más que nunca, van por todo” explica Fernando Laborda en La Nación; pero además seria también acompañable si la nueva conducción del Estado en la empresa quedara en manos de equipos verdaderamente profesionales y expertos y no se repite la execrable experiencia de Aerolíneas Argentinas y Austral.
Lo malo es que semejante paso se de solo para quedarse con la “caja de la compañía” y para tapar los desaguisados enormes de este segundo turno de la Presidente y así recuperar adhesión popular, agitando una bandera seudo nacionalista y populista en un momento en que las acciones del Gobierno caen compulsivamente –específicamente desde la tragedia ferroviaria de Once-, y colocando en cabeza de los españoles toda la crisis energética que ellos y sus socios y amigos se encargaron de ir agigantando, como si no tuvieren nada que ver la falta de inversiones, la caída de reservas y la producción y el impresionante salto de las importaciones producto de una pésima política –o impolítica- energética llevada a cabo por Julio De Vido el mismo que ahora se lo designa interventor en YPF.
La perdida del autoabastecimiento que tanto dice lamentar CFK pertenece en exclusividad a su régimen, pero de esto “ella” no hizo la menor mención, como tampoco menciono que sucederá con las acciones de Eskenazi, que fueron pagadas con los dividendos repartidos por los españoles y que hoy apenas alcanzan al 7% de las adquiridas, restando pagarles a los bancos y a la misma Repsol el resto del 25,46% mencionado por “La Jefa”. No son anécdotas que los Kirchner aprobaran la privatización de los 90, que le dejo US$ 600 millones a Santa Cruz y a los K, y sobre las que nunca rindieron cuentas; los miembros informantes de la Comisión de Energía y Combustibles de la Cámara de Diputados, donde se le dio dictamen al proyecto del Ejecutivo y se recomendó su aprobación sin modificación alguna, fueron los diputados Gualberto Venesia, de Santa Fe; y Oscar Parrilli, de Neuquén. En esa oportunidad, Venesia manifestó en su discurso: "La Comisión no va a aceptar ninguna modificación…". ¿Suena conocido?
Esa noche (24/09/1992), la votación terminó con 120 diputados a favor de la privatización de YPF contra 10 en contra, la mayoría de partidos provinciales y sin la participación del radicalismo y otros bloques que se retiraron del recinto; una semana antes, la entonces diputada provincial de Santa Cruz, Sra. Cristina Fernández de Kirchner, había denunciado y amenazado públicamente a los diputados nacionales que se negaban a privatizar YPF, diciendo: "Un conjunto de legisladores de la Cámara de Diputados de la Nación, cada uno con sus respectivas razones, vienen obstruyendo la posibilidad de que aquella Ley de Federalización de Hidrocarburos y de Privatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales tenga siquiera su tratamiento en esa Cámara. Como se comprenderá, ninguna argucia reglamentaria debe estar puesta al servicio de retrasar las soluciones que nuestra provincia necesita. Del dictado de esa ley depende hoy el envío de los US$ 480 millones y el pago de nuestra parte en la licitación de las áreas ya concretada."
La Ley, que no llevaba un marco regulatorio y transformaba YPF en sociedad anónima, transfería los yacimientos a las provincias, vendía los activos y acordaba como prenda de intercambio el pago de regalías a las provincias productoras. Así, a Salta le tocaron US$ 120 millones, a Mendoza U$ 638 millones y a Santa Cruz, dinero que el entonces el gobernador Néstor Kirchner no se atrevió a rechazar, US$ 480 millones, dinero que luego desapareció “misteriosamente”, durante la gobernación Néstor. A su vez, el senador nacional Carlos Menem es hoy día aliado legislativo de Cristina Fernández de Kirchner. Todas estas aberraciones jurídicas fueron pensadas por Roberto Dromi, ejecutadas por Menem y los Kirchner –entre otros lacayos del cipayismo- los mismos personajes que ahora vuelven por los fueros de la renacionalización “nacional y popular” a la que se suman De Vido y Kicillof como personajes centrales.
Cuando, Néstor mediante, en 2008 se suman a la empresa la familia Eskenazi, dueña del Grupo Petersen (el mayor contratista santacruceño de la época kirchnerista) y dueños del Banco de Santa Cruz, como accionista y gerenciadores de YPF, utilizando como “clave de esa argentinización” que el 90% de las utilidades se repartiesen entre los accionistas, para que estos “amigos y socios” del poder K pudieren saldar la deuda contraída con bancos y Repsol de US$ 3.539 millones; eso que se realizo al amparo del poder K no es “política energética” sino negocio-negociado y descapitalización lisa, llana y pura, o sea “vaciamiento”. Conviene ser muy claros con esta historia para poder poner en contexto la expropiación cristinista de ayer del 51%. El Gobierno Cristina ha resuelto pagar el costo de una crisis misma con España, la Unión Europea, EEUU, Méjico, y otros gobiernos u organismos internacionales y la eventualidad de “espantar inversores imprescindibles para potenciar YPF y la muy alicaída producción industrial argentina”.
El precio no serán únicamente los juicios internacionales, y los costos dinerarios para el pueblo argentino, sino el riesgo cierto de quedar un poco mas afuera, de lo que ya estamos –ver lo ocurrido en la Cumbre de las Américas de Cartagena de Indias, Colombia-, del mundo; y lo que es mas grave aun es que nada de lo resuelto ayer resuelve (valga la redundancia) el problema estructural argentino: “la falta de gas y petróleo que le pegan a la balanza comercial y a las finanzas publicas”. No vaya a ser que, como dice el ex Ministro Lavagna, “otra vez los argentinos festejemos algo de lo cual luego debamos arrepentirnos”, y nos viene a la memoria dos hechos cruciales y relativamente cercanos: las manifestaciones populares del 2 de Abril de 1982, y los aplausos mayoritarios y las ovaciones durante el discurso de Asunción de Adolfo Rodríguez Saa en Diciembre de 2001 al decretar la “cesación de pagos de la deuda externa argentina”.
“El modelo no es de estatización, sino de recuperación de la soberanía y control de un instrumento fundamental. YPF no será manejada por un grupo empresario nacional ni internacional, sino por el Estado Nacional. Proseguir con esta política de vaciamiento -¿Quiénes la impulsaron y apañaron durante estos últimos 9 años?-, no producción y no exploración… nos tornaríamos en un país inviable, por políticas empresariales y no por recursos, pues somos el tercer país en el mundo, según la agencia de petróleo de EEUU, en tener gas” intentaba explicar la Presidente olvidando que hace apenas un poco mas de un año, ella había felicitado a la petrolera por “aumentar por primera vez –durante el periodo privatizador- la producción de barriles de petróleo y de gas natural”. El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, reconoció como "detonante" principal de la expropiación de YPF el déficit en la balanza comercial energética; de esa forma el funcionario admitió que la urgencia de dólares precipitó el proyecto para quitarle a la española Repsol el 51% de sus títulos en la petrolera. De Vido recordó que "por primera vez en 17 años" la Argentina tuvo un "saldo deficitario" en la balanza comercial del sector "dado el crecimiento exponencial" de las importaciones de combustibles. Durante 2011 las importaciones de gas y combustibles líquidos sumaron cerca de US$10 mil millones generando un rojo comercial de alrededor de US$3 mil millones en la balanza comercial energética; mientras la petrolera facturo $ 63.500 millones –US$ 14,8 mil millones- y gano $ 5.296 millones –US$ 1.232 millones-durante ese mismo año 2011. Las palabras del ministro se oyeron durante su presentación ante el plenario de comisiones del Senado para defender el proyecto de expropiación presentado este lunes por la presidente Cristina Fernández.
En la YPF que planea el cristinismo el Estado Nacional tendrá 5 directores, las provincias 3 y los trabajadores 1, o sea 9 directores sobre 17, y la intervención nombro a Exequiel Espinosa, como director de refinación de gas y petróleo, el mismo personaje que encabeza Enarsa la empresa creada por el kirchnerismo y que no exploro, exploto ni obtuvo un solo barril de combustible, ni un solo metro cúbico de gas. Pocos escenarios políticos de los vistos en la Argentina de la ultima década, tuvieron tanta afinidad como el de ayer, cuando “La Jefa” anuncio desde la Casa Rosada la nacionalización o estatización de la petrolera Repsol-YPF; la memoria remonta, sin esfuerzos, a aquella sesión del 23 de Diciembre del 2001 ya nombrada. ¿Cuáles podrían ser las afinidades entre ambas? Varias.
El “voluntarismo político” de sus actores estelares: recordemos que “el Adolfo prometió que el default posibilitaría empleo y progreso social”, la mejora llego, por otro montón de razones pero luego de mas de 11 años después de la crisis la Argentina creciendo a tasas chinas sigue siendo un país profundamente desigual, y lleno de excluidos y hambrientos. CFK proclamo que desde ayer se recupera la soberanía en materia de hidrocarburos, solo una expresión de deseos; eso sucederá, de suceder, recién, si la nación recobra en algún momento su capacidad perdida de exploración y producción, pues las cifras actuales son lapidarias: para este año 2012 las importaciones de combustible escalaran a US$ 14 mil millones.
Y, así como “el Adolfo” hablara como si hubiere llegado repentinamente desde otro mundo, como si el menemismo de los 90 –no confundir con el peronismo- no hubiere edificado la matriz del gran endeudamiento nacional, Cristina explico, muy suelta de cuerpo, que en 17 años el país había perdido su capacidad de autoabastecimiento energético, nada menos y nada mas que una década de ese lapso correspondió a la gestión K –de Néstor y de ella misma- y además olvidándose de quienes fueron los gestores de la tan oprobiosa privatización. La coreografía, en ambos casos, tuvo similares pinceladas: los legisladores de aquel tiempo batiendo palmas para celebrar el default y sintiéndose protagonistas de un echo epopéyico; ayer los jóvenes camporistas se identificaban como “soldados de Cristina” e imaginando, tal vez, un espinoso descenso desde Sierra Maestra.
En ambos episodios se descubre otro punto de contacto: el impulso político se anticipo a la planificación y el diseño del futuro, la Argentina lidia todavía y ella lo sabe, con las secuelas de aquel default, y mas allá del enojo español, no están claras las consecuencias que puede acarrear al Gobierno la expropiación de YPF, pues la situación argentina, ya antes del anuncio, era muy pero muy precaria. Pero además Cristina tampoco reparo en las formas, dispuso una intervención política en la petrolera antes y hasta tanto el Congreso apruebe el proyecto de expropiación y se negocie la indemnización de la salida ¿española? de YPF, no olvidemos que existen rumores de que Repsol habría vendido esta a los chinos. Un portal de noticias financieras de China, citando a una fuente cercana a Sinopec, Caixin.com dijo que la segunda mayor compañía petrolera china había alcanzado un acuerdo no vinculante para comprar YPF en más de US$15.000 millones. La noticia que publica el portal “intereconomía.com” sostiene que Sinopec Group cree que los pozos de petróleo de YPF en Argentina tienen un enorme potencial de desarrollo y confía en que puede cumplir con los requerimientos del Gobierno argentino para acelerar el desarrollo y la producción.
¿No se podía realizar la transición con el representante que el Estado poseía en el directorio? “Nos hicieron salir por los techos, como bandidos” se quejo un directivo español. Las dos novedades de lo que había trascendido el jueves pasado fue que la expropiación se realizo sobre el 51% de Repsol, sin afectar ni el 25,46% de Eskenazi, ni el 17,06% que cotiza en bolsa, aunque el grupo nacional “amigo K” tampoco se quedaría en la futura YPF, y esto ya habría sido acordado con CFK y alentado por Máximo que se lleva mal con Sebastian el CEO argentino. La “negociación-transición” le habría permitido a CFK dos cosas: omitir en su discurso toda referencia al Grupo Petersen cuyo ensayo sin dudas fracaso estrepitosamente, y por otro lado, dejar abierta una puerta para el futuro ingreso de inversores afines al cristinismo o a ella misma. Cristina remarco que la empresa YPF no perderá su condición de sociedad anónima. Y la otra es que se contento a las provincias petroleras y a sus gobernadores al cederles el 24,99% y los 3 directores en el directorio de la “nueva y nacionalizada YPF”. Todos los puntos del proyecto original que hablaban de regulaciones para exploración de hidrocarburos fueron eliminados.
El discurso presidencial, donde CFK revelo números terribles respecto de las importaciones energéticas –casi todos del periodo K- señalando que le costaron a la Argentina US$ 28.502 millones, solo desde 2003, tuvo un tramo verdaderamente significativo, pues desnudo sus contradicciones entre los dichos y los hechos, para ahuyentar viejos y conocidos fantasmas de otra común chapucería K, Cristina aseguro que se profesionalizara la conducción petrolera de YPF, y luego designo interventor a De Vido, a Kicillof, a Cameron dejándonos un porvenir muy poco venturoso, el Ministro de Planificación es uno, junto a la pareja presidencial, de los mayores responsables de la actual crisis energética, lo mismo se podría decir de Kicillof respecto de Aerolíneas y Austral, esta historia de la expropiación de YPF recién despunta y tiene muchas oscuridades, habrá que ver como sigue la proa y la película del Gobierno Cristina, como reacciona el mundo ante una nación que en 30 años rompió todos los códigos, hizo el default mas grande de la historia, forzó una restructuración de su deuda y ahora opta por la expropiación de su principal empresa.
¡El horizonte se vislumbra plagado de incertidumbres!

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