Cayó Fernando Lugo

El Congreso de Paraguay, a través de la sustanciación de un juicio político, decidió remover de su cargo a Fernando Lugo. La decisión fue tomada en la Cámara de Senadores por el voto de treinta y nueve de sus miembros contra cuatro votos negativos. Dos legisladores se hallaban ausentes. Previamente, en la Cámara de Diputados, la acusación había sido respaldada por setenta y cuatro votos contra uno. (para leer la nota completa, cliquear en el título)


Esta claro que ni sus propios legisladores sostuvieron a Lugo. Tras la masacre de Curuguaty, en la que murieron 18 campesinos enfrentados a la policía, se acrecentó la soledad política del obispo-presidente, quien se hallaba distanciado de su vicepresidente y sucesor, Federico Franco, del Partido Liberal Radical Auténtico 


 Esta agrupación, junto a los partidos Colorado, UNACE, Patria Querida y Demócratico Progresista, acordaron la destitución del Presidente, por lo que el trámite del juicio político se trató de eso: un trámite. Pesó la decisión política por las razones jurídicas.


 De todos modos, en la acusación se incluyeron diversas causales, además de la mencionada matanza de Curuguaty. Se menciona el acto político en el Comando de Ingeniería de las Fuerzas Armadas, cuando en 2009 se realizó una concentración política de jóvenes en el Comando de aquéllas y la invasión de las tierras de Ñacunday.


La Cámara de Diputados señaló a Lugo como el único responsable al actuar como instigador y facilitador de las recientes invasiones de tierras en la zona, cuestionando la actitud del Presidente, de abrir las puertas a los líderes de las invasiones como es el caso de José Rodríguez, Victoriano López, Eulalio López, entre otros, dando un mensaje claro a toda la ciudadanía sobre su incondicional apoyo a esos actos violentos. 


También se le imputa a Lugo una seguridad descuidada, considerando que ha sido absolutamente incapaz de desarrollar una política y programas que tiendan a disminuir la creciente inseguridad ciudadana.


 La caída de Lugo generó un encendido rechazo de los gobiernos de Brasil, Argentina, Venezuela, Bolivia y Ecuador, considerando a la acción como un golpe de Estado. Anunciaron que no reconocerán al nuevo gobierno, y la presidenta Dilma Russef propuso la expulsión de Paraguay del MERCOSUR y de la UNASUR. El resto del continente no se ha pronunciado.


 Las voces de rechazo provienen del eje que integraba el mismo Lugo, y están marcadas más por lo ideológico que por los principios republicanos. Difícilmente, si el destituido hubiese sido el chileno Sebastián Piñera o el colombiano Juan Manuel Santos, ese grupo de jefes de Estado hubiesen salido en su defensa.


 La caída de Lugo se produce siguiendo el procedimiento seguido en la Constitución. Se puede cuestionar que todo fue muy rápido, y que faltaban diez meses para las elecciones. Pero el juicio político es una institución tan republicana como las elecciones.

No hay comentarios: