Valores

por Ricardo A. Romano 

Los políticos se enamoran de la política cuando se desenamoran del pueblo y de la Patria (objeto de la política ). Y en ese universo abstracto se produce el divorcio con la realidad y la iniciativa pasa a manos de las circunstancias. Y hoy la circunstancia está signada por la economía. Por lo tanto la suerte de la política está subrogada a la de la economía. Revertir esto y recuperar la iniciativa exige defender valores que aniden en lo más profundo del ser argentino. Para recuperar el sentido de la política, porque solo desde ésta se puede modificar la realidad en el sentido de las aspiraciones de nuestro pueblo. (para leer la nota completa, cliquear en el título) El primer valor a defender es la verdad. En particular cuando impera el régimen de la mentira. Pero la pelea por la verdad exige de una estrategia sin tiempo. Porque el único objeto que importa es imponerla. Para esto se necesitan hombres libres. O esclavos al servicio de la libertad de los demás. Sin urgencias tácticas que subviertan los tiempos a que obliga la pelea por la verdad. Sin la tentación de sumarse a la agenda "politicamente correcta" por temor a que los medios de comunicación los manden al imperio de la clandestinidad, por no cumplirla.Y en particular cuando la agenda de la Argentina perentoriamente demanda: la defensa de la unidad, la libertad, la justicia, la seguridad y todo aquello que se identifique con lo más profundo de la dignidad de la persona humana. Si la defensa de estos valores son la nueva causa de la política, la consecuencia será la victoria de quienes los encarnen, o al menos los representen, en las próximas compulsas electorales. Porque en el campo de la mentira ya ganó Cristina.

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