Las contundentes denuncias mostradas en el programa de Jorge Lanata ponen en evidencia la existencia de un sistema de corrupción armado desde el gobierno nacional, que resulta repudiable no sólo por ser inmoral y delictivo, sino porque la corrupción deja sin recursos a los hospitales, las escuelas, las obras de infraestructura, la red de ayuda social, las fuerzas armadas y de seguridad y  la justicia.


El gobierno –a través de los medios de comunicación oficialistas- intenta farandulizar el hecho, limitando sus alcances al accionar de un par de operadores que son sólo eslabones de una cadena que comienza en Néstor Kirchner y Lázaro Báez y termina en la banca suiza.

Es necesario que un cambio de mentalidad en la sociedad, que debe condenar más enérgicamente a los corruptos castigándolos en las urnas; y del sistema político, llevando a juicio a los responsables, y en caso de ser encontrados culpables,  encarcelarlos y hacerles devolver el dinero mal habido.

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