Vivimos –otra vez- un momento crítico en la Argentina. Escribo estas líneas y no sé si podré terminarlas, si antes no me cortan la luz. Inseguridad, inundaciones, inflación, policías acuartelados, saqueos, accidentes ferroviarios, auge del narcotráfico, delito organizado a través de maras, y la existencia de diez millones de pobres, entre otras, son manifestaciones que explotan sin dar respiro, desmoronando el castillo de naipes que el gobierno llama “modelo”.
En este contexto brutal, en que los hechos se aceleran frenéticamente, hablar de instituciones parece un lujo de exquisitos intelectuales (LEER MAS). .
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