Mañana será aprobada en la
Cámara de Diputados la ley de expropiación de
la empresa Compañía de Valores Sudamericana (CVS), ex Ciccone Calcográfica. La
semana pasada, la norma recibió media sanción del Senado, en una insólita
sesión presidida por el Vicepresidente Amado Boudou, principal implicado en el
caso de corrupción que involucra a la empresa emisora de billetes.
Increíblemente, ningún senador de la oposición hizo objeción
formal alguna a que Boudou presidiera la sesión, y eventualmente votara en caso
de empate. Es obvio que el vicepresidente tiene un interés personal en el
resultado de la votación, por lo que debió ser tratada antes de la sesión una
moción de orden que decidiera la no presencia de Boudou en el máximo sillón del
recinto. Nadie la presentó.
Pero también
hubo casos como los de los senadores Luis Juez o Juan Carlos Romero que votaron
a favor de la norma, sospechada de ser impulsada para tapar o entorpecer la
investigación judicial sobre el caso. Pese a revistar en la oposición, han sido
funcionales a la estrategia oficial.
Los opositores que sí votarán en contra sostienen que la
expropiación de la ex Ciccone sólo servirá para ocultar la vinculación de
Boudou con el grupo que se quedó con la mayor parte de la compañía. Es curioso que los fantasmales dueños
de la empresa nada han expresado sobre la expropiación. Tampoco lo han hecho
sus trabajadores.
Mientras tanto,
siguen apareciendo nuevas evidencias que enlodan a más involucrados. Ahora,
surgen rastros que conducen a los banqueros
Jorge Brito y Raúl Moneta, quienes aparecen como aportantes de los $ 50
millones con los que The Old Fund solventó las operaciones de la ex Ciccone
durante casi dos años, según informa el diario La Nación.
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