Estuvieron presentes varios de los principales empresarios argentinos: Enrique Pescarmona. Cristiano Rattazzi, y el presidente de la UIA, José Ignacio de Mendiguren, entre muchos otros. Estos últimos –que se hallaban distanciados entre sí- en la ocasión coincidieron en que Brasil será la locomotora de Argentina en 2013.
Entre los empresarios presentes, circuló la idea de que se van aproximando los tiempos en que el sector deban repensar su actitud hacia el gobierno nacional. Varios de ellos destacaron las trabas de todo tipo a sus actividades.
En materia política, Lula recibió a dirigentes del Frente Amplio Progresista: Víctor de Gennaro, Hermes Binner, Claudio Lozano y Alicia Cicilliani. Les aconsejó algo obvio: abandonen el sectarismo, hagan alianzas. Les recordó que para pasar el 30% de su caudal histórico de votos, a ganar las elecciones en 2003 tuvo que despojarse de sus prejuicios. No es burgués aquél que tiene un auto y quiere progresar…Tuve que pasar de dirigirme a mis compañeros del Partido a incorporar al conjunto de la sociedad y ese cambio incluyó como compañero de fórmula a un empresario, José Alencar. Fue la primera vez en la historia de Brasil que dos personas, un obrero y un empresario, llegaban al máximo cargo sin título universitario.
Algunas palabras sonaron bien en los oídos gubernamentales: nunca hubo tanta confianza entre nuestros gobiernos, y el comercio saltó de 7.000 millones de dólares en el 2003 a 40.000 millones en el 2011, y llegar a 35.000 millones en este 2012. Evocó la época de Carlos Menem y Fernando Cardoso, que competían por ver quién era más amiguito de Clinton…agregando que aprendí que en la vida ningún ser humano respeta a quien no se respeta así mismo.
1 comentario:
LULA tiene un STELLIUM en LIBRA, asi que es logico que trate de "dejar contentos a todos"...
Publicar un comentario