Panorama político al 2 de agosto



Por Ricardo Auer

Todos los medios masivos de comunicación nos bombardean con resultados cuasi definitivos para la próxima elección presidencial. Las diferencias son menores, o de segundo grado, aunque siempre las encuestadoras se cubren con un escudo protector: hoy nos informan que “hay muchos indecisos”; del orden del 20-25%.

(si no sale el artículo completo, cliquear en el título)



Los dos “elegidos” por las encuestadoras, DS y MM, siguen informando poco sobre los problemas existentes en el país, o los que ellos detectaron y sus posibles soluciones. Ambos, en sospechosa coincidencia, no hablan de los temas con cierto detalle, sino de lo que va a ocurrir en el país, si ellos son elegidos presidentes; es decir, nos amenazan con convertir a la Argentina en un “mundo feliz”; pero como bien decía Aldous Huxley, “cuanto más siniestros son los deseos de un político, más pomposa, en general, se vuelve la nobleza de su lenguaje”.

El pueblo siempre sospecha de esas propuestas edulcoradas que plantean cambios de la realidad, sin muchas explicaciones, con mucho voluntarismo, pero con pocos caminos visibles. La realidad no deja de existir aunque se la ignore, y sólo cambia cuando los procesos son pertinentes y cuentan con un apoyo sustentable de una mayoría popular. El engaño sistemático y los falsos profetas cada vez tienen menos espacio para su acción.

Si no se discuten y se establecen cuáles son las prioridades a resolver en la nueva etapa, nos estaríamos tirando a una pileta, de la cual no sabemos si tiene agua. Nadie en su sano juicio le daría un cheque en blanco a un candidato sólo por su historia personal y política; ello no alcanza para su selección. Esta falsa polarización lo único que hace en enmascarar y ocultar lo importante: cuál es la estrategia nacional y el orden de sus prioridades; junto con el equipo que puedo resolverlas.

En los medios de comunicación se distorsiona de tal modo el discurso que pareciera que el próximo 9 de Agosto estamos por elegir al presidente; lo cual obviamente no es así. Faltan casi 3 meses (más concretamente 84 días) para el decisivo 25 de Octubre; día en el cual efectivamente se elige Presidente y diputados (y senadores en algunas provincias). Mucho tiempo para una Argentina voluble e incierta.

No dejan de ser importante los resultados del próximo domingo; ni son definitivos, ni podrán tampoco ser ignorados. Las PASO del domingo 9 permitirán desbrozar el camino hacia las presidenciales y otros cargos electivos. El oficialismo, con su candidato único (DS) tendrá que observar con mucho detalle el resultado de la selección del candidato a Gobernador de la Pcia. de BA (Julián Dominguez o Anibal Fernandez) ; un resultado no precisamente neutro. UNA tiene un solo candidato (Felipe Solá) sostenido simultáneamente por Massa y Dela Sota. El Frente CAMBIEMOS pareciera encaminarse a elegir a MM, pero será importante el porcentaje que saquen Sanz y Carrió. Muchos radicales podrían pasarse a Stolbizer si MM no abre el juego suficientemente.

Es decir a partir del 10 de Agosto tendremos casi 80 días por delante, durante los cuales 4 o 5 candidatos a Presidente (ninguno va resignar) y 2 o 3 candidatos a Gobernador de la Pcia. de BA, van a tener que explicar sus propuestas con mucho mayor detalle y no con las generalizaciones actuales. Durante ese período no va a haber polarización, aunque el sistema del oficialismo y del establishment quieran imponerlo, porque el pueblo está necesitando saber sobre su futuro. Nadie quiere comprarse una nueva frustración.

Hay demasiadas incertidumbres, no sólo locales, sino globales. Ningún país puede aislarse de lo que ocurre en el resto del mundo y menos aún de lo que le sucede a sus vecinos y a sus principales socios comerciales (Brasil, China). Las políticas internas y externas tienden a unificarse. El proceso globalizador ha traído la “inmediatez y simultaneidad de los procesos”. Las ventajas financieras de operar “on line” se compensan con el rápido contagio de los problemas. Los conflictos económicos, sociales y políticos se expanden ahora con mayor rapidez y no siempre pueden resolverse o simular una solución, dentro de las fronteras nacionales.

Las crisis económicas traen problemas de inestabilidad social y particularmente en la creación de empleo genuino; ya que es visible para toda la población (inclusive para sus temporarios beneficiarios) que no puede sostenerse indefinidamente la pseudo política de su reemplazo por los Planes Sociales o el empleo público. La incertidumbre social se ha convertido en un tema global, que repercute directamente en la inestabilidad política, producto de la oscilante y cambiante voluntad política de los pueblos, cada vez que tienen que votar. La falta de horizontes ideológicos o doctrinarios o el excesivo protagonismo de los “líderes“ (que a veces no son tales) hace que cada elección presidencial se convierta, cada vez más, en una “zona de riesgo” por el humor cambiante (y bastante impredecible) de los electores.

Las economías regionales en crisis; la falta de reservas en el BCRA; la falta de creación de empleo genuino; alta inflación; el avance del narcotráfico y el consumo de drogas; clientelismo, corrupción, educación, seguridad ciudadana, falta de cultura del trabajo, inmoralidad pública, ataque a la Justicia; son todos los efectos visibles de una mala praxis política, que pudo sostenerse parcialmente hasta ahora y que ha sido aceptado por un pueblo demasiado tolerante; pero que no deja de registrar sus efectos, ya que, sanamente, especula sobre su futuro. Las expectativas del futuro individual y colectivo se sensibilizan frente a la acumulación de tantos problemas irresueltos. Llegado a un punto de no retorno, esa alta sensibilidad no puede anularse, ni aún con la incitación o la oferta de un mayor consumo material.

Esperemos que luego del 10 Agosto comience la hora de hablar con mayor claridad, antes que oscurezca nuevamente

No hay comentarios: