El movimiento obrero se balcaniza

El bloque de sindicalistas opositores a Hugo Moyano, anunció que impugnará ante el Ministerio de Trabajo las decisiones adoptadas por el Consejo Directivo de la CGT el 24 de abril, por -presuntamente- no llegar al quórum requerido. En dicha reunión se había fijado la fecha del 12 de julio para elegir nuevas autoridades en la central obrera. (para leer la nota completa, cliquear en el título) El sector descuenta que tendrá acogida favorable en el gobierno. La viceministra Noemí Rial ya adelantó que el Ministerio intervendrá si los gremios no moyanistas presentan una impugnación. En las próximas horas, habrá una reunión entre los líderes sindicales que promueven la salida de Moyano. Participarán Carlos West Ocampo, Andrés Rodríguez, Antonio Caló, José Luis Lingeri, Armando Cavalieri, Oscar Lescano, Jorge Omar Viviani, Alberto Roberti, Roberto Fernández, Luis Barrionuevo y representantes de Gerardo Martínez y Ricardo Pignanelli, ambos en el exterior. Este sector apoya a Antonio Caló, aunque Luis Barrionuevo propone la formación de un triunvirato; quizás con la idea de incluir a algún dirigente moyanista, y evitar la fractura que parece inevitable. Asimismo, promueven un esquema de Consejo Directivo de 35 miembros, que funcione en base a consensos. Buscan evitar así que se genere una conducción excesivamente personalista, situación que le imputan a Moyano. Por otro lado, Moyano desplazó a Omar Viviani de la conducción de la Confederación Argentina del Transporte, designando en su lugar a Juan Carlos Schmid. También acaba de denunciar que desde el gobierno están ofreciendo cancelar deudas que mantiene el Estado con las obras sociales a cambio de romper con el camionero. Así, van perfilándose dos conducciones paralelas: una con los gordos y los barrionuevistas, apoyados por el gobierno; y otra integrada básicamente por gremios medianos y chicos, la mayoría de servicios, entre los que se encuentran casi todos los que manejan la logística del país. Estos últimos, cada vez más lejos del gobierno, y tras los pasos de Hugo Moyano, dedicado ya a la construcción política propia. Aunque hay que considerar que hay sindicatos que siguen con Moyano, pero no quieren romper con el gobierno. Por ejemplo, docentes particulares (SADOP). De todos modos, una vez pasadas las elecciones en la CGT, se planteará un nuevo escenario, en el que quizás los sindicalistas cercanos al gobierno terminen plantándose igual en defensa de los intereses de sus afiliados. Incluso, rivalizando con la otra conducción por obtener ventajas para los trabajadores. Esta situación va generando una mayor fragmentación y debilidad del movimiento obrero, ya que la otra central
, la CTA, también se dividió tras una elección impugnada por el sector derrotado, liderado por Hugo Yasky, afin al gobierno nacional, quien desconoció el triunfo de Pablo Micheli.

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