Argentina: el reino del blanco y negro

por Esteban Valenti Escribo esta columna desde Buenos Aires, en medio del vendaval tradicional. Aquí los vendavales políticos tienen un tema dominante y sus adyacencias. (para leer la nota completa, cliquear en el título) Ahora el tema dominante es YPF. Aunque en el fondo suenan los ecos del caso “Boudou”, el accidente ferroviario con 51 muertos y como gigantesco interrogante asoma la situación económica general (el control de importaciones, de cambio, de divisas, de la yerba mate...). Aclaro que lo último no es una chanza, efectivamente la yerba mate desapareció de los comercios y hay abierto un conflicto entre el gobierno y toda la cadena productiva de ese fundamental elemento del consumo argentino. He leído y escuchado opiniones de todos los colores. Depende del medio. ¿Cuál es el elemento dominante? El blanco y negro. Esa es una constante en este país. Es cierto que la ley de expropiación del 51% de las acciones de YPF tendrá una mayoría abrumadora en el Congreso, pero los argumentos son, de todas maneras, en blanco y negro. Está el gobierno y sus voceros y tamborbatientes que alimentan el discurso épico de la recuperación de los recursos nacionales, del nacionalismo y del modelo por encima de todo, aunque YPF hoy representa hoy menos del 30% de la producción de hidrocarburos, nada que ver cuando era dominante total en ese sector en el país, y era la única petrolera del mundo que daba pérdidas... y que ahora el propio Carlos Menem que la entregó a REPSOL (con el aplauso y el apoyo de Néstor Kirchner) apoyará la ley de expropiación... Con REPSOL las relaciones fueron y son en blanco y negro, pasaron de amores jurados y carnales hace algunos años -y hasta hace pocos meses por parte del gobierno- a ser la culpable de la profunda crisis energética de la Argentina. En todo caso es culpable de menos del 30% de esa crisis. Lo que está demostrado es que la política energética impulsada con bombos y platillos fracasó estrepitosamente. Los mismos responsables de ese fracaso oficial, ahora están a la cabeza de la nueva YPF... REPSOL vació una parte importante de YPF bajo la mirada displicente y cómplice de los representantes del gobierno argentino en la empresa. Un grupo empresarial de la provincia de Santa Cruz, los Esquenazi, -con ninguna experiencia en el sector petrolero- fueron agraciados con el 25% de las acciones de YPF por el gobierno Kirchner, y no aportaron ni inviertieron nada. Debían pagar su parte con las utilidades. Un capitalismo prebendario y entre amigos de la misma provincia. Esa parte del capital de YPF por ahora no se tocó. Dice que porque es la “burguesía nacional”. Así cualquier villero o proletario podría ser burgués, sin pagar nada ni aportar nada, simplemente a cuenta de las ganancias. Una diferencia importante: REPSOL en Bolivia y según las palabras de su presidente Evo Morales cumple a cabalidad los compromisos asumidos, en Argentina no, al contrario. ¿Adivinen el motivo? Ahora vayamos a los colores. El gobierno y el modelo K que tiene una sola filosofía: el poder por encima de todo, se alimenta y alimenta el blanco y negro. Hay que tener enemigos, y cuanto más feroces mejor para construir el modelo y su relato épico. Como los grandes medios de prensa no alcanzan para explicar la crisis económica cada día más evidente y sobre todo la crisis energética, ahora levantaron la mira y ajustaron la punteria: REPSOL. Y en el territorio del blanco y negro no hay negociaciones posibles, no hay matices, hay que golpear fuerte y ruidoso. Y eso es lo que están haciendo. El problema, es que este golpe expresa una situación mucho más profunda, mucho más grave que la propia crisis energética. Es la crisis del modelo al que se le está terminando el combustible. Y no hay modelo que funcione sin combustible. Nadie lo inventó. Lo más radical, lo más diferente y opuesto al modelo, no es el color extremo, son los matices, son los diversos colores. Alimentar el blanco y negro es ayudar al proyecto K. Si alguien quiere que Argentina se derrumbe para alcanzar el poder y para que sus teorías se cumplan siempre se posicionará del otro lado y disparará su artillería. Y cuando gane, si gana será en medio del derrumbe, del que Argentina tiene bastantes duras experiencias. La Argentina necesita un proyecto nacional económico, social, político, cultural, de matices, de colores diversos, de alternativas de acuerdo y de búsqueda de acuerdos. Eso es lo más radical que hay contra el modelo. No por casualidad los K y sus propagandistas chocan en vivo y en directo con Mauricio Macri, para elegir a su próximo adversario: la derecha. Por ello no hay tarea más importante que construir una verdadera alternativa nacional y popular democrática y progresista en Argentina. Esa será una construcción total e integralmente argentina, pero los uruguayos tenemos que movernos con gran inteligencia y sutileza, nunca alimentando el blanco y negro. Es el único combustible que le sobra al modelo K. El autor es periodista, escritor, coordinador de Bitácora, director de Agencia de Noticias Uypress - Agencia Uruguaya de Noticias; fue asesor de campaña de Hermes Binner. Artículo publicado en internet y enviado por un lector a nuestra redacción

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