Según surge de la demanda interpuesta, la Provincia afirma que Anses incumplió en distintas ocasiones esos acuerdos. La última vez que pagó lo que correspondía, fue en diciembre de 2010. Desde entonces, dejó de enviar los fondos comprometidos para solventar parte del déficit de la Caja de Jubilaciones.
De esta forma, en 2011 acumuló una deuda que la Provincia estima en 1040 millones de pesos. Desde 2003, Córdoba entregó $ 8.944 millones a la Nación por la detracción del 15% de coparticipación convenida en el Pacto Fiscal de 1992 y en igual período sólo recibió de la administración central $ 4.352 millones para cubrir la mayor parte del déficit de su sistema previsional. En el ínterin, perdió $ 4.592 millones, al mismo tiempo que el año pasado y este dejó de recibir giros desde la Anses. Y, entonces, el 8 de agosto último la Legislatura cordobesa sancionó una ley por la que decidió abandonar el Pacto.
Frente a ello, la Corte Suprema de Justicia convocó a representantes de la Nación y de Córdoba a una audiencia de conciliación. El gobierno nacional reaccionó con un duro aviso publicitario dado a conocer a través del programa televisivo “Fútbol para todos” en el entretiempo de los partidos emitidos el último fin de semana, en el que anunció que no pagará nada a Córdoba. Antes de esta presentación judicial, la Presidenta no había accedido a una reunión personal con el Gobernador.
De la Sota tomó esta decisión política avalado por la legislatura provincial, a sabiendas de que generará una persecución política por parte del Poder Ejecutivo Nacional. El gobierno suele incumplir acuerdos económicos, para luego exigir alineamiento político a cambio del pago de la deuda. Lo mismo hace con otras provincias y con los sindicatos, con las obras sociales.
Otros gobernadores que ya velan sus armas son Antonio Bonfatti, de Santa Fe y Ricardo Colombi, de Corrientes. El gobierno sabe que si cede, vendrán en catarata los reclamos de todas las demás provincias.
De la Sota de esta forma ocupa un vacío en el arco de gobernadores no alienados al kirchnerismo. Rompe con su postura ambivalente, pasándose decididamente a la oposición. En su frente interno, Luis Juez ya reaccionó alineándose al kirchnerismo, tal como hizo en la votación por la expropiación de Ciccone.
El gobernador mediterráneo se alista así para volver a pelear la Presidencia de la Nación, desde un espacio peronista crítico. La mansedumbre de Daniel Scioli lo invita a ocupar ese rol. El Gallego buscará co-liderar ese heterogéneo grupo en el que puede ubicarse también a Hugo Moyano, Jerónimo Venegas, Jesús Cariglino, Graciela Caamaño, Enrique Thomas, Claudia Rucci, Jorge Busti, Ramón Puerta y quizás, Sergio Massa. Ninguno de ellos puede liderar por sí mismo ese espacio, lo que los obliga a agruparse y darse una organización. Francisco De Narváez no es mirado con afecto por nadie, aunque aún no abandonó el redil.
Un Mauricio Macri desdibujado, desconfiado hacia todo lo que provenga del peronismo y más proclive a pactar con el radicalismo de Posse, Nosiglia, Sanz, Aguad y Cobos, está cada vez más lejos de un acuerdo con el peronismo crítico, con lo que las chances de reinstalación del gobernador cordobés crecen, aunque habrá que ver cómo es su llegada a la opinión pública nacional, en la que todavía Scioli, Massa y Macri le llevan ventaja.
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