Por qué picó en punta Massa



Por Mariano Rovatti

Dos encuestas publicadas este fin de semana confirman lo que adelantamos en este portal. Con pocos días de campaña, y contadísimas definiciones, Sergio Massa arrancó la carrera electoral sacando una ventaja de poco más de diez por ciento a Martín Insaurralde, y dejando muy lejos a Francisco De Narváez y Margarita Stolbizer. Complementando lo analizado en artículos anteriores, veremos aquí algunas de las razones de este proceso, sin valorar si ello es bueno o malo, simplemente, tratando de entender lo que sucede.

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Según un trabajo elaborado por Poliarquía, Cristina Fernández v Daniel Scioli mantienen índices de aprobación de gestión del 46% y 58% respectivamente. Teniendo en cuenta que ambos se hallan promediando el segundo mandato, es decir que llevan seis años de gestión, el número es considerablemente alto. Asimismo, en territorio bonaerense, el gobierno tiene una popularidad del 56% y la Presidenta, del 39%.

Particularmente, la gestión de Scioli goza de una aprobación del 58% contra un 36% de rechazo, conservando una imagen positiva del 56%, regular del 29% y negativa de tan sólo el 15%.

Entre los bonaerenses, la gestión presidencial tiene otros números: 46% aprueba, y 47% desaprueba. Su imagen positiva es del 39%, la regular del 24% y la negativa del 36%. O sea que para el electorado de la provincia de Buenos Aires, la imagen de Scioli es esencialmente positiva, y la de Cristina, neutra. Es de notar que normalmente, a los encuestadores los resultados de la provincia de Buenos Aires les suele resultar casi idénticos a las muestras nacionales.

También es significativo es el escaso interés ciudadano por el proceso electoral, algo normal a esta altura del calendario. El 41% de los consultados manifestó "poco" interés y el 35% "nada" en cómo se definieron las candidaturas. En cambio, sólo el 9% confesó "mucho" interés y 15% "bastante" en el proceso electoral. Podría sintetizarse que –con matices- tres cuartas partes de la población es indiferente a un tema que sólo le importa al cuarto restante.

Al ser indagados por la situación general del país, el 41% la pondera como "regular", el 31% "negativa", y el 27% como "positiva".

En cuanto a las encuestas sobre intención de voto, veremos lo publicado por Poliarquía, cuyas conclusiones son similares a la dentro trabajo dado a conocer por Management & Fit, El intendente de Tigre tiene un apoyo del 33,7% por ciento de los votantes, contra un 22,8 por ciento del jefe comunal de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde. Casi 20 puntos por debajo de Massa se ubican el postulante del Frente Unión por la Libertad y el Trabajo, Francisco de Narváez, con el 12,8%, y la candidata del Frente Progresista Cívico y Social, Margarita Stolbizer, con el 12,1%.

Entre los votantes de Massam es notable la diversidad de su procedencia, respecto de lo que piensan del gobierno nacional: lo eligen el 36% de quienes se sienten cercanos al gobierno, un 34% que se define “muy lejano” y un 52% de los que se vén “lejanos” al gobierno nacional.

El candidato oficialista logra el apoyo de apenas el 39% de los adherentes al gobierno, sólo tres puntos más que Massa.

En la ciudad de Buenos Aires, se elegirán senadores y diputados nacionales. Según Management & Fit, para el Senado, Gabriela Michetti-Diego Santilli obtienen un 35% de intención de voto. Asimismo, la ex vicejefe de gobierno tiene una imagen positiva del 47,4%.

La interna del frente UNEN pone en duda quién sería el segundo. Si triunfase Pino Solanas-Fernanda Reyes, éstos ocuparían ese lugar con el 20%, desplazando a Daniel Filmus-Paula Español, del FPV. Si triunfaran Alfonso Prat Gay- Victoria Donda, o Rodolfo Terragno-Mabel Blanco, entrarían terceros detrás de la dupla kirchnerista.

Recordamos que la ciudad elegirá tres senadores: dos para la fórmula que salga primera y uno para la que salga segunda.

Al contrario que la provincia de Buenos Aires, la Capital tiene tradición de alto nivel de corte de boleta.

Según el sondeo, quien lidera la encuesta para diputados por la Capital es Elisa Carrió, con un 30% de intención de voto, y una imagen positiva similar a la de Michetti. Más allá de que se presentan en diferentes ubicaciones partidarias, el electorado porteño sigue asociándolas.

De todo lo expuesto, surgen algunas conclusiones:

1) la importancia de la elección bonaerense reside en comprobar si surge dentro del peronismo un nuevo liderazgo que desplace al kirchnerismo; la irrupción de Sergio Massa, es la encarnación de un nuevo movimiento político integrado básicamente por intendentes del conurbano bonaerense, asiento principal del poder político territorial del país;

2) para su supervivencia política, el gobierno nacional entrega todos los distritos importantes, pero lucha hasta el final por la provincia de Buenos Aires, con la Presidenta a la cabeza;

3) para el gobierno esa supervivencia política se podría expresar en una consigna dramática. “reelección o cárcel”, dados los numerosos casos de corrupción sistémica que se van conociendo, y las facturas políticas impagas que el kirchnerismo está dejando, sobre todo respecto del Poder Judicial;

4) el candidato del Frente Renovador intenta colocarse por encima de esa dialéctica, en la certeza que esa confrontación ahuyenta electores, por generar hartazgo en la gran mayoría de la sociedad;

5) en los primeros días posteriores a lo que juzgan la “traición” de Massa, sólo han generado actos para levantarlo: al criticarlo lo ponen en el centro de la escena y lo despegan del oficialismo, frente a las acusaciones de otros sectores de la oposición más virulentos, que sostienen que Massa es una variante light del oficialismo;

6) además, las críticas proferidas sólo son escuchadas por el cuarto de la población interesada en política, los otros tres cuartos están en otra cosa;

7) el gobernador quedó apresado en su propia trampa: si triunfase el FPV, Cristina irá por su reelección; si pierde, se confirmaría el liderazgo justicialista de Massa a nivel nacional. Scioli mantiene un nivel de popularidad alto que le garantiza vida política ulterior a 2015, pero por debajo de la Presidencia de la Nación.

8) Hoy la sociedad en su conjunto tiene una opinión regular sobre el gobierno. O sea, que admite logros y fracasos de la actual gestión, por lo que una oposición virulenta no es representativa de la mayoría. En verdad, Massa y Scioli, y en menor medida, Mauricio Macri, son los únicos dirigentes que perciben esta situación. El radicalismo-socialismo y el peronismo disidente asumieron una oposición frontal cuyo mensaje sólo llega a una porción del cuarto de la población interesado en política, y allí tendrán lo grueso de su cosecha. Al resto le resulta intolerable el nivel de beligerancia, y frente a ella “cambia de canal”.

9) En agosto y octubre se dilucidará de quién son los votos en la provincia de Buenos Aires: de Cristina o los intendentes. Salvo en el 2009, cuando los jefes distritales jugaron a dos puntas, siempre el kirchnerismo marchó junto a los intendentes. En esta ocasión, 21 intendentes, la mayoría de la primera y la tercera secciones, se pasaron el oficialismo al Frente Renovador. En el piso del 30% que le adjudican los analistas al cristinismo, está incluido el aporte de aquéllos, por lo que no sería extraño que la cosecha electoral del FPV esté por debajo de esa cifra.

10) El peronismo disidente ha vuelto a caer en la dispersión y en una oferta de candidatos poco atractivos para el electorado independiente, sin renovación de cuadros, apostando la mayoría a su propia reelección.

11) El radicalismo y el socialismo no demuestran propuestas que superan el “honestismo”, con figuras que ya han fracasado electoralmente. En la provincia han reaccionado primitivamente, apelando a cierto grado de gorilismo y cayendo en una importante vagancia intelectual, señalando a Massa como “un peronista más”, que no presenta diferencias sustanciales con el kirchnerismo, o peor, que luego de la elección, “se dará vuelta” y apoyará la reelección de Cristina. En Capital, han sido vivos, y son los únicos que aprovecharán el sistema de las PASO para dirimir sus candidaturas, que por ahora se perfilan a favor de Fernando Solanas y Elisa Carrió.

12) El electorado porteño expresa otros intereses y necesidades que el del resto del país. La Ciudad de Buenos Aires es el único distrito del país en el que predomina la clase media alta, cuando en el resto la mayoría es de media y media baja. Ello se expresa electoralmente. En octubre, seguramente prevalecerá el PRO y dejará intacta la candidatura nacional de Macri, pero la UNEN puede ser un challenger importante, consagrando a Pino Solanas como senador. Curioso, una alianza de radicales y socialistas llevará a la Cámara Alta a un peronista…

13) El desafío de Massa será elaborar un proyecto de país, congeniando ideas e intereses de la variada gama de apoyos que va recolectando. Parece ser que tiene cómo llegar al poder, pero aún no se sabe para qué lo quiere.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Impecable análisis como siempre.
Me quedó picando el cierre de la nota GD

Anónimo dijo...

Muchas Gracias Mariano por compartirlo.
El contenido de tu espacio es excelente!
Que tengas una gran semana de bendicion! LO

Anónimo dijo...

MUY buen analisis Mariano. No me gusta lo q pasa, pero es lo que esta pasando.
Un abrazo.CD