Argentina en el borde



Más de una década después de mora en sus deudas externas, Argentina nuevamente enfrenta a una crisis financiera causada en gran medida por las políticas equivocadas del gobierno.
La administración de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner recientemente ha devaluado el peso y relajado algunos controles de capital en un esfuerzo por preservar el país está disminuyendo las reservas extranjeras. El gobierno espera que estos pasos serán facilitar la presión sobre la moneda, que no flota libremente frente al dólar. Pero Argentina tiene que hacer mucho más para la inflación de dirección y otros subyacentes problemas económicos que han llevado a los inversionistas y ciudadanos a apostar contra el peso.

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En los años después de su doloroso default en el 2002, que destruyó los ahorros de millones de personas, Argentina gozó de una economía que crece rápidamente en parte gracias a la pujante demanda mundial de soja y otros productos básicos el país exporta. Pero la señora Kirchner desperdició la recuperación en los últimos años por el aumento de gasto en subsidios derrochadores y el financiamiento del gobierno en parte por la impresión de pesos. Como resultado, la inflación se ha disparado: economistas independientes estiman los consumidores precios saltó 28 por ciento el año pasado. La tasa de inflación oficial fue sólo 10.9 por ciento pero pocos economistas o el Fondo Monetario Internacional encontrar esos datos creíbles.

La señora Kirchner también ha hecho daño a la economía escogiendo innecesarias peleas con empresas privadas e inversionistas. En los últimos años, ha nacionalizado una compañía petrolera, una aerolínea y un fondo de pensiones. Y, en 2011, el país implementó controles acerca de cuántos pesos sus ciudadanos podrían convertir en dólares, que ha ayudado a crean un próspero mercado negro de transacciones en moneda y minó la confianza pública en las políticas económicas del gobierno. Una encuesta reciente mostró que tres cuartas partes del país dijeron que la economía se dirigía en la dirección equivocada.

Funcionarios del gobierno han comenzado algunos pequeños pasos para corregir los errores del pasado. Por ejemplo, el Ministro de economía, Axel Kicillof, ha estado negociando la compensación para la compañía petrolera YPF, que tomó el gobierno en 2012. Y Argentina pondrá a un nuevo índice de inflación el mes próximo para convencer el F.M.I. a aceptar sus datos oficiales otra vez. Pero la señora Kirchner tendrá que tomar medidas mucho más audaces para reparar el daño.

Publicado en The New York Times

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