Alberto Pedro Cabrera nació en Bahía Blanca en 1945. Fue un extraordinario basquetbolista, campeón 17 veces con su club de origen, Estudiantes, de su ciudad natal. Con la selección bahiense obtuvo 12 títulos bonaerenses, y 9 títulos argentinos con la selección provincial. Jugó durante ocho años en la selección argentina, de la que fue su capitán. Jugó los mundiales FIBA de Chile (1966), Uruguay (1967) y Puerto Rico (1974) y obtuvo el título sudamericano de 1979 en Bahía Blanca.
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Su posición en la cancha era base y no tenía un físico ideal para el básquet. Pero estaba especialmente dotado para controlar y pasar el balón, además de un timing especial para el salto. Además de ser un gran estratega en el campo de juego, también fue goleador en los equipos que integró. Brillaba por su caballerosidad deportiva, su elegancia y su liderazgo, aunque prefería pasar inadvertido.
Fue exponente del espíritu amateur en estado puro. Llegó a rechazar una oferta del Real Madrid, prefiriendo quedarse en Bahía, privilegiando su trabajo y su familia. Fue bancario y gerente de una compañía de seguros.
El Mago debutó en primera en 1961, con sólo 16 años, ganando su primer título en 1963. Mantuvo una fuerte rivalidad deportiva con Atilio Fruet, figura de Olimpo, el otro grande de Bahía. Hacia el final de su carrera, jugó para Gimnasia y Esgrima de La Plata. Ya en tiempos de la Liga Nacional, fue entrenador de Estudiantes por un breve período, sin logros relevantes.
Mandrake fue considerado como el mejor basquetbolista argentino de la historia hasta la aparición de su coterráneo Emanuel Ginóbili. Cabrera fue distinguido como el deportista bahiense del siglo, en 1999. Fue Olimpia de Plata en 1970, 1973 y 1974.
Murió en la Capital Nacional del Básquet en el año 2000, a los 54 años. A modo de homenaje, en 2004 Estudiantes retiró el nº 14 de sus plantillas
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